Viajar no te abre la mente
Ni te hace mejor persona. A veces incluso te hace más gilipollas.
¿Por qué?
Bueno, eso fue una de las cosas de las que hablé en una entrevista que me hizo una escuela de fotografía hace unos días.
¿Y de qué más hablé?
Conté historias, muchas historias.
Y expliqué cómo mejorar tus fotos de viaje.
Por ejemplo, una técnica que utilizan 3 grandísimos fotógrafos, pero que tú no vas a poder utilizar.
También explicé por qué muchas veces no vale eso de «ir donde no va nadie»….
Y claro, también respondí a lo que me preguntaron, lo más honestamente posible. No esperes respuestas típicas y bien queda. «Viajar me ha hecho descubrirme mejor a mí mismo», y tópicos así.
De lo que no hablé es de qué cámara es mejor para viajar, qué trípode deberías comprarte, o qué mochila es la más barata.
Primero, porque no tengo ni idea de eso. Segundo, porque tampoco es tan importante.
Es importante, no lo niego. Pero no tanto.
Y tercero, porque ya hay miles de sitios donde puedes encontrar toda la información sobre eso. Información muy buena.
De lo que no es tan fácil encontrar información buena es de consejos para hacer mejores fotos en tus viajes.
Prueba a buscar. Te van a salir consejos tipo:
«Conoce tu cámara». «Sal de tu zona de confort». «Observa todo a tu alrededor».
Joder… ¿qué consejos son esos??? Pues claro que tengo que conocer mi cámara, claro que tengo que observar…. pero no sólo en fotografía de viajes, ¡en cualquier tipo de fotografía!
Pues eso, que no fueron consejos de mierda generalistas, fueron consejos concretos.
Consejos de un fotógrafo que lleva media vida viajando y obsesionado por expresar lo que vive, y que otra gente pueda sentir algo parecido.
Dije algunas cosas, que si las aplicas, harán que tus fotos de viaje pasen de ser bonitas a algo más.
Y no hay nada técnico. Nada de diafragmas ni de hiperfocal, de capas ni de clonados.
Click aquí si quieres saber de qué te estoy hablando:
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