Justo lo que quería

Una vez, recorriendo el norte de Vietnam con un grupo, nos encontramos de repente con un fábrica de palillos, lo que en muchos países de Asia se utilizan como cubiertos.

En medio de la selva.

Lo curioso es que no era una fábrica aislada, sino que había varias, cada una especializada en una parte del proceso: en una cortaban el bambú y hacían los palillos, en otra los lijaban, en otra los mojaban, en otra lo pintaban. 

Estábamos en medio de una especie de pueblo-fábrica. Los trabajadores vivían allí mismo, en pequeñas casa prefabricadas, en condiciones muy humildes.

Y si nosotros estábamos sorprendidos, imagina la cara de los trabajadores.

Pero lo curioso es que nos dejaron hacerles fotos sin problemas, y además nos regalaron palillos. 

Fue una casualidad, pero ahora visitamos el pueblo-fábrica de palillos cada vez que viajamos al norte. 

Y siempre nos regalan palillos para todos.



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