Imagino que te pasará como a mi, y no te gustan demasiado ninguno de los Presets que vienen con la instalación de Lightroom. ¿Se pueden añadir presets en Lightroom? Sí, la buena noticia es que podemos instalar nuevos Presets.
Los hay de pago y gratis.
Yo nunca he instalado un Preset de pago, me he bajado muchos muy muy buenos gratis, y no sé si habrá alguno de pago que marque mucho la diferencia…. si conocéis alguno de pago que debería tener, ruego que me lo pongáis en los comentarios.
Para mí, los imprescindibles son los emuladores de película, tanto en blanco y negro como en color. Para que no te vuelvas loco buscando, te dejo los que utilizo yo, están casi todos los carretes que se utilizaban antes. Gratis, por supuesto.
Mi blanco y negro favorito es el Tri-X 400, la mítica película que utilizaban muchos fotoperiodistas. Es una pasada.
Y además, puedes variarla a tu gusto, ponerle más o menos grano, contrastarla más, subirle los negros….
Hay varias formas de instalar presets en Lightroom, pero para mi gusto, el método más fácil y rápido es el siguiente:
Cómo instalar presets en Lightroom
Lo primero que debes conocer antes de instalar presets en Lightroom es que la extensión de los archivos preset es .lrtemplate, pero que muchos de los que te descargarás estarán comprimidos en zip. Para poder usarlos tienes que descomprimirlos.
Copia los archivos que has descomprimido, los que tienen la extensión .lrtemplate.
En Lightroom, vete al menú Preferencias,y pincha sobre Mostrar carpeta Ajustes preestablecidos de Ligthroom.
Elige la carpeta Develop Presets, y allí puedes crear alguna carpeta nueva donde pegar los presets. Puedes agrupar los presets que tengan algo en común (por ejemplo, todos los emuladores de película), o ponerlos todos en una carpeta nueva… como quieras.
Cuando vuelvas a abrir Lightroom verás los nuevos Presets en el módulo Revelar, en la opción Ajustes Preestablecidos, en la columna de la izquierda.
Y ya está. ¡Hecho! ¿Ves que era fácil? Hay otra manera de hacerlo, pero ésta es la manera más fácil de añadir presets en lightroom.
¡Y ahora es tu turno! ¿Conoces buenos presets de Lightroom? ¿Por qué no los compartes en los comentarios? ¿Sabías añadir presets en Lightroom o nunca lo habías hecho antes?
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Separar el enfoque del disparador… ¿Qué es eso? ¿Y para qué?
Empecemos por el principio… cuando aprietas un poco el botón de disparo de tu cámara, primero enfoca. Si aprietas un poco más, dispara.
Primero enfocas a lo que te interesa, reencuadras sin soltar el dedo para escoger la composición que más te interese, y finalmente aprietas a fondo para disparar y hacer la foto.
Esto es lo normal, ¿verdad? El mismo botón para las dos cosas: enfocar y disparar.
Pero lo que muchísima gente no sabe es que casi todas las cámaras te dan la opción de disociar o separar el enfoque del disparador, es decir, que vas a enfocar con un botón y vas a disparar con otro.
¿Dos botones diferentes para hacer una cosa que se puede hacer con sólo uno? ¿No es más complicado? ¿Qué sentido tiene?
Pues no, no es más complicado, vamos a ahorrar mucho tiempo y nos va a facilitar la vida en muchas ocasiones, como en paisajes, en fotografías de deporte, en fotografía nocturna, cuando estés utilizando trípode….
¿Para qué sirve separar el enfoque del disparador?
Imagínate varias situaciones: estás haciendo fotos en una carrera, buscas un buen sitio donde hay una luz y un fondo que te gustan. Tan sólo tienes que esperar a que pasen los corredores y disparar.
¿Pero cuál es el problema? Los corredores van pasando rápidos, y no te va a dar tiempo de enfocarles y hacerles la foto. La mayoría de las veces cuando logres enfocarlos, ya habrán pasado.
Una solución es enfocar a uno, poner el enfoque en manual, y hacer fotos. Una buena solución, sí, pero hay una aún mejor, y más rápida.
Si tienes el enfoque separado del disparador, tan solo tienes que enfocar con el botón de enfocar, y luego disparar con el botón de disparar. Con este método, cuando disparas no te va a intentar enfocar cada vez que intentas disparar, por lo que no pierdes tiempo.
Imagínate otra situación: estás haciendo fotos a una persona, te encanta especialmente un encuadre que has visto que le favorece, y decides hacer varias fotos con ese mismo encuadre. El proceso sería: enfocar a los ojos, reencuadrar, y disparar. Otra foto, mismo proceso: volver a enfocar a los ojos, reencuadrar y disparar. Y así con cada foto que haga.
Es decir, que cada vez que vaya a hacer una foto, obligatoriamente tengo que enfocar.
Pero si yo no me voy a mover y la persona tampoco, la distancia no va a varias, y por lo tanto el enfoque tampoco.
El enfoque, al fin y al cabo, es cuestión de distancia. Si enfocas a un metro y medio de ti, va a estar enfocado todo lo que esté a un metro y medio de ti.
Y si esa distancia no varía, no es necesario volver a enfocar.
Si tienes el enfoque separado del disparador, el proceso sería diferente: enfocas a los ojos, reencuadras y disparas. ¿Quieres otra foto? Vuelves a disparar. ¿Otra foto? Simplemente vuelves a disparar.
Y así te ahorras 2 pasos cada vez que quieras hacer una foto: volver a enfocar y volver a reencuadrar.
Si la persona no se mueve y yo tampoco, puedo variar el encuadre, incluso el zoom, sin tener que volver a enfocar
¿Lo vas pillando? Hay miles de situaciones en las que separar el enfoque del disparador te va a facilitar la vida. Por ejemplo:
Fotografía nocturna: si has practicado alguna vez este tipo de fotografía, sabrás lo complicado que es a veces enfocar. Hay que dominar la técnica de la hiperfocal, utilizar un láser, etc…. El proceso de enfoque puede durar varios minutos….así que imagínate tener que hacer los mismos procesos y perder varios minutos cada vez que vayamos a hacer una foto.
Cuando tienes la cámara en un trípode: mover la cámara cuando está encima de un trípode siempre es más engorroso, y si tenemos que hacerlo con un dedo pulsando el disparador, se convierte en algo prácticamente imposible.
En la fotografía de paisajes: enfocas la primera vez y ya puedes disparar todas las veces que quieras sabiendo que la foto va a estar perfectamente enfocada.
Fotografía de acción, fotografía deportiva.
En esta ocasión pude disparar varios disparos seguidos sin tener que volver a enfocar y reencuadrar, y así aprovechar al máximo el poco tiempo que este sadhu estuvo ensimismado en sus pensamientos antes de que se percatara de mi presencia
Problemas de separar el enfoque del disparador
En realidad no vas a tener ningún problema con este método cuando te acostumbres a él, pero ten en cuenta que si siempre has utilizado el método estándar, enfoque y disparador en el mismo botón, al principio te van a salir muchas fotos desenfocadas. Sencillamente porque a veces no te vas a acordar de enfocar.
Cómo disociar o separar el enfoque del disparador
Lo ideal es utilizar el dedo indice para disparar, utilizando el botón de disparo normal, y utilizar el pulgar para enfocar, utilizando para eso cualquier botón que nuestra cámara disponga cerca al pulgar.
¿Por qué? La idea que el proceso de disparo sea sencillo e intuitivo, poder enfocar sin tener que levantar la vista del visor, que hagamos todo con la misma mano.
En Nikon, por ejemplo, podemos utilizar el botón AE-L/AF-L, que queda al alcance perfecto del pulgar.
Para poner esta función en este botón tendremos que entrar en el menú, “f Controles”, y en la opción “Asignar botón AE-L/AF-L”, elegimos la opción “AF-ON”.
En Canon, y en muchas cámaras sin espejo, tendremos un menú llamado “Controles personalizados”, o “Ajustes de funciones Fn”, o algo similar, y con un menú gráfico simplemente tendremos que adjudicar una nueva función al botón que queramos.
Lo ideal es que elijas un botón que puedas presionar cómodamente con el pulgar, recuerda eso. Te lo vuelvo a repetir, la idea es facilitar la vida, hacer el proceso de disparo sencillo e intuitivo, y poder enfocar sin tener que levantar la vista del visor.
Hay otras cámaras, como las Fuji, que simplemente lo que tenemos que hacer es poner en enfoque en Manual. Y entonces sólo podremos enfocar con el botón AF-L, dispuesto a la altura de nuestro pulgar. No te vuelvas loco mirando en los menús como me pasó a mí, es mucho más fácil.
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¿Por qué no lo pruebas y nos cuentas? ¡Ahora es tu turno! ¿Disparabas así o de la manera convencional? ¿Conoces alguna otra situación en la que es bueno separar el enfoque del disparador? ¡Cuéntanoslo en los comentarios!
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La primera vez que me aconsejaron probar el autorretrato me sentí escéptico. “¿Autorretrato? ¿Yo? ¿Con lo feo que soy?”
Además, yo estaba realizando un proyecto fotográfico sobre el antes y el después de varias personas, no entendía cómo me iba a ayudar eso en mi proyecto.
Al final, un fotógrafo francés amigo me convenció y probé.
Por primera vez pasaba de estar detrás de la cámara a ponerme delante. La primera sensación fue de incomodidad, y luego de exigencia.
Repetí la misma foto una y otra vez, y hasta que no estuve satisfecho no paré.
Me di cuenta de que estaba siendo mucho más detallista que cuando hacía un retrato a cualquier persona.
Después de esta experiencia me di cuenta de que esa exigencia y detallista tenía que mantenerlo en todas mis fotos.
Además, me di cuenta de que era una herramienta muy buena para expresar lo que uno siente, lo que puede ser perfecto para la fotografía de viajes. Cuando viajamos estamos antes países nuevos, experiencias nuevas, comidas nuevas, costumbres nuevas, y el cambio que uno sufre a veces es dramático.
Mi primer viaje a La India
La India es sinónimo de misticismo, espiritualidad, color… y cuando yo llegué no me encontré nada de eso, sino prostitución y explotación infantil, pobreza extrema, drogas, niños pidiendo por todas partes, suciedad, y mucha mucha gente agobiándome a cada paso que daba.
Así que decidí retratar La India como yo la veía, en blanco y negro, y añadí algunos autorretratos para complementar las fotos, añadiendo de esa manera sensaciones que no podía transmitir de otra manera.
Con esto conseguí que la gente que viera mis fotos también supiera de una manera más fácil lo que yo había sentido en ese viaje.
Técnica: cómo hacer un buen autorretrato
Si buscas en internet, los consejos que te dan se limitan a: encuadra bien, enfoca bien, ensaya la postura delante del espejo….
Tranquilo, no voy a insultar tu inteligencia diciéndote estas obviedades. Creo que el mejor consejo que puedo darte es que mires mucho los autorretratos de los grandes, por ejemplo Alberto García-Alix, Man Ray, Nan Goldin o Antoine D´Agata.
Joder, tienes que ver muchísimo las fotos de Antoine D´Agata si quieres hacer buenos autorretratos, es absolutamente obligatorio.
Tienes que partir de la base clara de que no vas a poder utilizar con éxito el autorretrato en tu viaje si éste no es más que una sucesión de lugares y monumentos. En ese caso te será mucho más útil el selfie, para recordar que estuviste en esos sitios.
Pero si tienes la oportunidad de hacer un viaje en el que interactúes con gente local, o un viaje en el que notes que hay un cambio en ti, que te está cambiando de alguna forma, un viaje en el que descubras no sólo cosas fuera, sino dentro de ti, entonces el autorretrato puede ser una gran herramienta de expresión.
Por ejemplo, vas a poder hacer autorretratos muy intensos si estás haciendo un voluntariado, o trabajando en un país extranjero.
Puedes mostrar el choque cultural que el país ha provocado concretamente en ti. Esto sería un mensaje claro y muy fuerte.
No sólo vas a mostrar fotos de que la arquitectura es diferente, o la forma de vestir, o la comida… también vas a mostrar lo difícil que puede ser vivir en otro país donde no se habla tu idioma, lo mal que lo puedes pasar a veces, lo aislado que uno puede llegar a sentirse… ¡o todo lo contrario!
También podemos mostrar que, al fin y al cabo, todos somos más o menos iguales y vamos buscando más o menos las mismas cosas: ser feliz.
Y por último, lo más importante para mí del autorretrato, es que te va a ayudar incluso si al final no estás contento con el resultado y decides no incluir ninguno en tu visionado final.
¿Por qué?
Pruébalo y verás. Es un ejercicio fantástico. Vas a exigirte muchísimo. Vas a exprimirte la cabeza mucho más que cuando estás haciendo fotos a la gente, y vas a intentar ser muchísimo más original que en cualquier otra circunstancia.
Una vez que experimentes esto, ahora sólo tienes que recordarlo y exigirte lo mismo en cualquier situación fotográfica en la que estés.
¿Y qué pasará? Que casi de repente te darás cuenta de que tus fotos suben un escalón de calidad. Así de simple.
¿No te lo crees? Pues pruébalo y me cuentas.
¿Autorretrato o selfie? ¿Es lo mismo?
Según Alberto García-Alix en esta entrevista: “Un autorretrato es una búsqueda consciente de mí mismo a través de la cámara. Siempre encuentro una imagen que habla de mí. Una imagen donde me reconozco. El selfie no es un autorretrato. Es un ejercicio hecho con un móvil, sin intencionalidad. El autorretrato necesita más chicha”.
Aquí y aquí hay otras definiciones y reflexiones sobre el tema.
¿Y tú qué opinas? ¿Es lo mismo? ¿Cada vez hay menos autorretratos y más selfies? ¿Cómo los podemos diferenciar?
Es un debate muy interesante, y me gustaría saber vuestra opinión, así que….
¡No te cortes y déjame un mensaje en los comentarios!
¿Qué es eso del horizonte virtual?
Lo admito: mis fotos muchas veces tendían hacia la derecha o hacia la izquierda. Y no estoy hablando de ideología política…
Hablo de que los horizontes, muchas veces, se me caían hacia un lado. Que pongo la cámara torcida al disparar, vamos.
Y siempre he tenido activada la cuadrícula en el visor, para que me sea más fácil poner el horizonte paralelo y salga la foto derecha.
Pero nada…. aún así me seguían saliendo muchas fotos torcidas.
Aunque no es un problema tan grave, claro, ya que en la edición puedo reencuadrar y solucionar fácilmente el problema.
Pero por poco tiempo que pierdas editando, cuando tienes que editar muchas fotos, al final estás perdiendo un montón de precioso tiempo que puedes gastar en otras cosas mucho más bonitas.
Te pongo un ejemplo: si tardas 10 segundos en reencuadrar una foto… no es nada, ¿no? Pero imagínate que vienes de viaje con 5000 fotos, y de esas 5000 fotos decides editar 2000, y de esas 2000 la mitad están torcidas.
El cálculo es fácil: vas a gastar 10.000 segundos en encuadrar esas fotos. Eso son casi 3 horas de trabajo de más.
¿A que ya no te parece poco?
Pero afortunadamente hace poco descubrí un pequeño truco que me ha permitido ahorrarme muuuuchas horas de edición y reencuadre. ¿Sabes qué truco es?
Se llama horizonte virtual.
¿Qué es el horizonte virtual de tu cámara?
El horizonte virtual de la cámara es un nivel electrónico. Es decir, una herramienta que te indica cuando la cámara está recta, paralela o vertical con el suelo.
¿Has visto alguna vez los niveles de burbuja que se usan en construcción, verdad? O los que llevan algunos trípodes.
Pues lo mismo, pero electrónico.
Una cosa importante que tengo que comentarte es que no estoy seguro de que esta opción la tengan todas las marcas de cámara. Que yo sepa, se puede utilizar el horizonte virtual en Nikon y Fujifilm, no sé en otras marcas.
Imagino que muchas mirrorless incorporarán este sistema, ya que son cámaras que tienen muchísimas opciones y prestaciones, aunque creo que no son tantas las reflex que lo incorporan.
Creo que en Canon no se puede, aunque no estoy seguro. Si algún usuario de esta marca o de otras nos puede sacar de la duda, agradecería que lo comentara al final del post, en los comentarios.
¿Cómo activo el horizonte virtual?
Ok, te seré sincero. Yo lo descubrí por casualidad, hasta entonces no había leído nunca nada de eso y ni siquiera sabía que existiera.
Un día mirando las opciones de la pantalla de la cámara, vi que al botón Fn, que está a la altura del dedo corazón derecho, se le podía asignar alguna función. Una de ellas me llamó la atención: “Horizonte Virtual”.
Probé, y me di cuenta de que cuando dejaba pulsado ese botón, el fotómetro se convertía en un nivel, que me indicaba de manera sencilla y práctica si la cámara estaba caída hacia un lado u otro.
Así que, sólo tienes que hacer eso: configurar ese botón para utilizar el Horizonte Virtual.
Si tu cámara tiene la opción de Horizonte Virtual, puedes configurarla en cualquier botón, pero ese que te digo es perfecto porque puedes apretarlo con el dedo corazón mientras miras por el visor, sin tener que apartar la cara de la cámara.
Rápido e intuitivo. Muy práctico.
¿Y funciona?
Yo puedo decirte sin temor a equivocarme que funciona muy muy bien. Mucho mejor que la cuadrícula para encuadrar.
A veces, como todo, no funciona como debiera, o ya sabes, a veces nos interesa girar un poco la foto para crear otro tipo de sensaciones.
Pero te aseguro que yo me estoy ahorrando muchísimo tiempo en edición desde que utilizo esta función.
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¿Por qué no lo pruebas y nos cuentas? ¡Ahora es tu turno! ¿Conocías el horizonte virtual? ¿Sabes de algún otro truco para que las fotos salgan rectas? ¡Cuéntanoslo en los comentarios!
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No te vayas con las manos vacías, ¡aquí tienes un regalo!
Mi primer proyecto fotográfico serio fue hace unos 8 años. Estaba realizando un curso de fotografía en el que tuve que hacer un proyecto personal, que decidí que sería en una residencia de ancianos, y decidí que quedaría mejor en blanco y negro.
Durante varios meses estuve yendo con asiduidad a la residencia, tomando varios cientos de fotos cada vez que iba.
Así que de repente me vi con miles de fotos por editar. El problema es que había decidido hacer el proyecto en blanco y negro. Y sí, era un problema, ya que mi flujo de trabajo consistía en lo siguiente:
– Llegaba a casa y metía las fotos en el ordenador, en la carpeta del proyecto.
– Miraba las fotos y hacía una selección.
– Editaba esa selección en photoshop.
¿Cuál era el problema? Que sólo para pasar cada foto a blanco y negro podía tardar entre 5-10 minutos, con los tutoriales que veía en internet. Si mi selección era de 30 fotos, tardaba una media de 3-4 horas al día sólo en pasar las fotos a blanco y negro.
Después descubrí que había una cosa en Photoshop llamada acciones que me simplificaba bastante el proceso, pero igualmente, para la creación de la acción tenía que utilizar un tutorial con decenas de pasos, y el error de uno sólo hacía que perdiera todavía más tiempo.
Además, las posibilidades son infinitas: hay mil millones de maneras diferentes de pasar una foto a blanco y negro en Photoshop. ¿Cuál es la adecuada? ¿Qué blanco y negro es mejor?
Joder, qué locura. Yo sólo quería pasar las fotos en blanco y negro, un blanco y negro como el de los carretes en blanco y negro…¿de verdad era tan difícil?
A estas alturas de la historia, estaba pasando 10 veces más tiempo delante del ordenador que haciendo fotos.
Empezaba a odiar la fotografía.
¿Te suena, verdad?
Y entonces un día me dicen que hay un programa llamado Lightroom, con una cosa llamada Presets. Me dicen que es como las acciones, pero mucho más rápido y eficaz.
Desesperado, decido probarlo.
Y veo la luz.
Vuelvo a amar la fotografía.
¿Qué son los Presets de Lightroom?
Olvídate de tutoriales infinitos. Olvídate de métodos raros y paranoicos para convertir tus fotos en blanco y negro.
Los Presets de Lightroom son la solución para convertir tus fotos en blanco y negro con un solo click.
Instantáneamente. Una o diez mil fotos.
Vuelvo a repetírtelo: con un sólo click y de manera instantánea.
Hay millones de presets, aparte de los que te vienen con el programa, tú puedes crear los tuyos, descargártelos de internet, instalar nuevos, etc…
¿Y qué tipo de blanco y negro? Hay millones sí, pero lo más emocionante de todo esto es que tendrás la simulación de todos los tipos de película en blanco y negro que se utilizaban antes.
Por ejemplo, la famosa TriX 400, la película más utilizada por los fotoperiodistas en todo el mundo.
Y funciona.
Quiero decir: nadie va a saber si esa foto ha sido tirada en carrete o en digital. De hecho, hasta simulan el grano, convirtiendo el feo ruido digital en un precioso grano analógico.
Alucinante.
¿Qué tipos de carretes puedo simular? ¿Sólo en blanco y negro?
Todos, en blanco y negro y en color. ¿Todos? Sí, todos. Todos los carretes que alguna vez se han fabricado puedes simularlos con lightroom.
Los que hoy nos interesan son los carretes en blanco y negro, ese gran talón de Aquiles durante muchos años en la fotografía digital.
Pero vamos al grano de una vez… ¿cómo puedo convertir mis fotos en blanco y negro y que parezcan que han sido tomadas con una cámara de carrete?
Se te descargará un archivo comprimido. Descomprímelo y tendrás una carpeta con 34 archivos con la extensión .lrtemplate.
Entra en Lightroom.
En el módulo Revelar, en la columna de la izquierda, aparece la opción Ajustes Preestablecidos.
Pincha con el botón derecho sobre cualquier ajuste, y te aparecerá un menú con varias opciones. Pincha sobre la primera opción: Carpeta nueva.
Se abre una ventana donde nos piden que pongamos el nombre de la carpeta nueva. En este caso, podemos nombrarla con “Películas en blanco y negro”, o el nombre que a nosotros nos parezca.
Fíjate que se ha creado una carpeta con el nombre que has puesto. Las carpetas están ordenadas en orden alfabético.
A continuación, pinchamos con el botón derecho encima de la carpeta que hemos creado. La opción que nos interesa ahora es la de abajo del todo: Importar.
Cuando pinchas sobre Importar se abre una ventana, donde nos piden que busquemos los archivos que hemos descargado antes, los 34 archivos con la extensión .lrtemplate.
Busca donde los descargaste antes, y selecciónalos todos.
¡Y ya está!
Ahora tienes dentro de esa carpeta 34 películas en blanco y negro de las más utilizadas en la historia de la fotografía: la Tri X 400, la Ilford Pan F 50, la Fuji Acros, la Agfa Scala, la Kodak TMAX….
¿Y cómo funcionan los Presets? ¿Cómo convierto mis fotos en blanco y negro?
Tan sólo tienes que pinchar sobre unos de estos ajustes, y tu foto se convertirá en un blanco y negro profesional. Por supuesto, siempre puedes tocar cada foto después de la conversión.
¡Y ya está!
Prueba y experimenta todo lo que quieras, recuerda que la edición en Lightroom no es destructiva, eso quiere decir que siempre puedes volver pasos atrás, sin riesgo, o simplemente pulsar sobre el botón Restaurar (abajo a la derecha), y tu foto volverá a su estado original.
¡Maravilloso!
Conclusiones
Si eres de los que, como yo, prefieren pasar más tiempo haciendo fotos que sentado delante del ordenador editando, te encantarán los Presets de Lightroom.
Si te encanta editar y pasar horas delante del ordenador, quizás los Presets lo veas como algo limitante.
Recuerda que hay casi infinitos Presets por internet. Algunos de pago, pero muchos son gratis. Algunos te gustarán mucho y otros no tanto.
Puedes descargártelos e instalarlos siguiendo los mismos pasos que te he detallado en este post.
Puede que al final te pase como a mí, que como mucho acabo utilizando los mismos 2 ó 3 casi siempre.
En cualquier caso, ¡disfruta y déjanos algún comentario en la entrada! Y si encuentras algún Preset por internet que consideres imprescindible, no olvides ponerlo en los comentarios.
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No te vayas con las manos vacías, ¡aquí tienes un regalo!
Hay ocasiones en las que un cliente nos va a pedir que les demos las copias originales, los negativos digitales, los archivos Raw. Si aún no te ha pasado, llegará un momento en el que te pasé, créeme.
¿Qué hacer entonces? ¿Deberías entregar los archivos RAW?
Hay veces que lo hacen con buena intención, que quieren editar ellos mismos sus fotos porque quieren evitarte trabajar más, aunque hay veces simplemente que no se fían de tu forma de editar.
Hay veces que nos dirán incluso que han pagado por un servicio y tienen derecho a sus fotos.
¿Qué les respondemos? ¿Deberíamos entregarles los archivos originales en raw? ¿Copias en jpg? Si nos están pagando… ¿tienen derecho a quedarse con la foto original?
Primero de todo….¿qué es un archivo RAW?
“Raw”, en inglés, significa “original”, “crudo”. Es decir, el archivo raw de una cámara digital es el archivo original, en bruto, sin modificar y a la máxima calidad posible.
Los archivos RAW son los negativos digitales. Es decir, el equivalente al negativo de las antiguas cámaras de carrete.
Cada marca tiene un tipo de archivo raw diferente: en Nikon es .nef, en Canon es .cr2, en Sony es .arw, en Fuji es .raf, etc….
¿Y si disparamos en jpg a máxima calidad no es lo mismo?
Cuando disparamos en jpg no estamos disparando a la máxima calidad posible, sino que la cámara nos da un archivo comprimido, que ocupa menos y que tiene mucha menos información y calidad.
La única manera de obtener la máxima calidad de nuestra cámara de fotos es disparar en Raw.
Razones para NO entregar los archivos RAW:
Tu cliente podrá hacer la edición que quiera
Editará tu trabajo de la manera que él quiera, y puede que no sea de tu agrado. Puede incluso que cree una foto de dudoso gusto: le ponga saturación a tope, haga un HDR, un desatorado selectivo, o lo que quiera que esté de moda en ese momento. Y luego algún día te encontrarás por la red alguna de tus fotos convertida en una aberración.
Directamente pasará a tener todos los derechos sobre esa foto
Es decir, legalmente será el autor.
Puede presentarla en algún concurso y si gana, no podrás reclamarle nada
Recuerda que el cliente está pagando por tus servicios, pero eso no quiere decir que pueda apropiarse de tu obra
Si alguien quiere hacerlo, si alguien quieres quedarse con los archivos originales, ten en cuenta que debe pagar muchísimo más.
¡Esto podría pasarle a alguna de tus fotos!¿Qué le digo entonces a alguien que me pida los archivos raw?
Yo siempre les digo lo mismo, en este orden:
“Lo siento pero nunca damos los archivos originales. Es como si cuando compra un libro pretende que el escritor le dé también los borradores originales, o como si cuando va a cenar a un restaurante le pide al cocinero la receta de alguno de sus platos. Es nuestra política de empresa, nunca entregamos los archivos RAW, pero no se preocupe porque le entregaremos los archivos jpg a la máxima calidad posible, podrá imprimirlos y no notará nada raro, o si quiere aún menos problemas podemos imprimirles las fotos nosotros. Le aseguro que no hace falta el archivo raw para imprimir estas fotos a máxima calidad”.Si con esto no quedan convencidos, pasamos a la fase 2:
“Tenemos la obligación de guardar por ley nuestros archivos raw y no tenemos autorización para desprendernos de ellos, a menos que sea con un auto judicial. Nos obliga la ley. Si dispone de alguna orden judicial no tendríamos ningún problema en mandarle los archivos raw. De todas formas, quédese tranquilo que es totalmente imposible que alguien note la diferencia entre un archivo raw y un archivo jpg a máxima calidad.”Si con esto aún hay alguien que quiere seguir jugando, entonces pasamos a la fase 3, el monstruo final:
“Ok, si es tan importante para usted, le entregaremos los archivos originales, pero tenga en cuenta que el precio es aparte del precio que hemos acordado. El precio de cada archivo raw son ….. (pon aquí la cifra que quieras, yo suelo decirles 100 ó 200 € por foto), por lo que estamos hablando de 50 fotos x 100 € cada una, un total de 5000 €. Le paso el número de cuenta y en cuanto me haga el ingreso le mando los archivos raw a máxima calidad”.
Sólo 2 ó 3 personas muy pesadas han llegado hasta este punto, pero evidentemente, nunca nadie me ha dicho que sí. ¡Ojalá! ¡¡No me importaría desprenderme de algunas de mis fotos por ese precio!!
¡No te la juegues!
Cuándo SÍ entregar los archivos Raw
Y aquí viene la justificación del (casi) que viene en el título. Porque hay veces que seguramente te va a dar igual entregar los raw, o incluso te va a venir bien hacerlo.
Cuando es alguien de quien te fías de su forma de editar
Te vas a ahorrar mucho trabajo. Pero por si acaso, recuérdale que tú eres el autor de las fotos y que a ti te pertenecen los derechos de autor.
Cuando contratas a alguien para que te edite las fotos
Evidentemente, necesitará el negativo digital para poder exprimir al máximo la información del sensor. Ten en cuenta que siempre habrá un contrato donde se especifica que eres el autor de las fotos.
Cuando son fotos que no te importan demasiado
Si sabes con seguridad que no son fotos que puedan ganar un concurso o una beca.
¿Te han pedido alguna vez los RAW? ¿Qué les has contestado? ¡Cuéntanoslo en los comentarios!Comparte este post si crees que le puede interesar a alguien. Y no olvides suscribirte a fotoMundos. Es gratis, y así te llegarán a tu correo nuestras ofertas, tutoriales, consejos, trucos… ¡Gracias por leernos!
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Es una pregunta recurrente en la fotografía de viajes: ¿Debería dar dinero por fotografiar?
En alguna ocasión, cuando hemos viajado, seguro que alguien nos ha pedido dinero por hacerle una foto, o se nos ha presentado la oportunidad de pagar para hacer alguna foto que nos parecía interesante.
¿Qué deberíamos hacer? ¿Hay alguna especie de código ético para estos casos? ¿Qué es lo mejor para el que hace la foto y para el fotografiado?
Las dos posturas
Conozco a mucha gente que directamente NUNCA paga por hacer fotos. Lo ven éticamente reprobable, e incluso piensan que así se pierde la esencia de la fotografía de viajes.
Esto es totalmente aceptable, es una manera de ver la fotografía de viajes lo más periodística posible, sin intervenir en ningún momento.
Hay otros sin embargo que lo ven como una especie de relación laboral no escrita, y que al igual que si utilizas los servicios de un guía o de un conductor tienes que pagarle, y eso no significa hacer trampas, tampoco pasa nada porque de vez en cuando ayudes con algo de dinero a alguien que te está ayudando a ti.
Esta postura es igualmente correcta.
Ninguna es mejor ni peor, cada uno ve y vive la fotografía de viajes de una manera, y hay que intentar ser abierto en este aspecto.
Y seguro que ahora estás pensando: “Vale, Germán, muy bien, pero …¿entonces qué hago? ¿Cómo me comporto cuando me pidan dinero? Porque seguro que en algún viaje me pasará”.
Antes que nada, si el hacerle fotos a la gente es todavía tu asignatura pendiente, me gustaría que leyeras dos artículos donde explico algo muy relacionado con este tema: ¿Debería pedir permiso para hacer fotos?, y Cómo perder el miedo a hacer fotos a la gente.
Y visto esto, te cuento lo que hago yo, ¿vale? Quizás te ayude en tu próximo viaje.
Todo depende del momento, ya que existen diferentes situaciones:
Te han pedido dinero por hacerles fotos y decides no pagarles:
Por el motivo que sea: personal, ético, porque no te caen bien, porque no quieres que tu fotografía pierda su esencia… pues nada, no les pagas y no le haces la foto.
En este caso, he visto a mucha gente que lo que hace es esconderse y hacer la foto desde lejos, o cuando la persona no mira, o poniéndose la cámara en el pecho …
Estas acciones a mí sí que me parecen éticamente inaceptables. Si la persona no quiere que le haga la foto, no se la hago. Así de fácil. Otra cosa es hacer la foto sin pedirle permiso, una práctica usual y normal desde mi punto de vista.
Pero una vez que has pedido permiso, si no te lo da, o solo aceptan por dinero, no me parece correcto el hacerles la foto a toda costa. Si alguien quiere ponerle dinero a su imagen, está en su derecho. Es su imagen.
Te han pedido dinero por hacerles fotos y has aceptado
Tienes que darles dinero al final. No vale decirles que sí y luego no darles nada. Parece algo obvio, pero he visto con mis propios ojos gente que lo ha hecho así.
No te han avisado al principio, ya has hecho las fotos, y cuando te vas a ir te piden dinero
Puede ser una situación desagradable si no se trata con respeto y mano izquierda.
Mi primer consejo es no ponerse nervioso. No te va a pasar nada. No te estás jugando la vida. Piensa en la situación un momento: sólo te están pidiendo unas pocas rupias como compensación por algo. No te están intentando engañar, ni están jugando con tu honor, sólo intentan sobrevivir. Como tú. Como todos en este puto mundo.
El dar o no dinero en esta situación depende de varios factores: si le has robado mucha intimidad a la persona o no, si has estado mucho tiempo con ella, si has podido hacer fotos interesantes, si has estado a gusto, y también depende de la cantidad de dinero que te pida. Valora todos estos aspectos y actúa en consecuencia.
Sonríe, habla con la persona, relájate, no te estás jugando la vida, y ten en cuenta que normalmente cualquier cosa que le des va a ser suficiente.
Y si valoras que no le debes dar dinero, no lo des. Si te obligan a que les des una cantidad muy alta y no te sientes a gusto, intenta siempre mantener la calma. Normalmente son situaciones que se arreglan casi solas, aunque muchas veces unos pocos céntimos nos ahorran una discusión
Ejemplo práctico: Una vez me pasó una situación así en un viaje fotográfico a Nepal, con unos clientes. Estábamos en una aldea a las afueras de Kathmandu, y había una mujer mayor en la puerta de su casa, barriendo. Algunos de los viajeros se pusieron a hacerle fotos, y ella no dijo nada, siguió barriendo la entrada de su casa. Estuvieron allí un rato, y después la mujer los invitó a que hicieran fotos dentro de su casa.
En ese momento yo pensé que seguramente les pediría dinero al final, pero los viajeros no sospecharon nada. Me callé para ver cómo solucionaban la situación, y observé todo desde la puerta. Entraron en la casa y la mujer les enseñó la habitación donde dormía, el sitio donde preparaba la comida…. todo muy rústico y auténtico.Estuvieron haciendo fotos dentro de la casa unos 10 ó 15 minutos, haciendo posar a la señora, llevándola de un sitio a otro, etc… Al final se despidieron de ella, pero la señora les enseñó la palma de su mano, señalando con la otra su boca. Los viajeros se indignaron muchísimo y salieron de la casa rápidamente, sin ni siquiera mirarla.
Cuando eso pasó les dije que esperaran un segundo. Entré en la casa y la señora estaba muy sorprendida, más que mis clientes. Le dije que nos perdonara, que no había sido nuestra intención ofenderla, y le di algunas rupias, no recuerdo exactamente…. quizás 5 ó 10 euros. Después de eso nos fuimos a comer y tuvimos un interesante debate, muy constructivo, sobre este tema.¿Hice bien? ¿Debería no haberle dado nada? ¿La señora se aprovechó de nosotros? No lo sé, lo único que a mí se me pasó por la cabeza es que una persona mayor nos abrió las puertas de su casa, nos enseñó toda su intimidad, nos trató con simpatía y amabilidad, y encima pudimos hacer unas fotos increíbles que de otra manera hubiera sido imposible. Y además, ni siquiera nos exigió una cantidad de dinero, simplemente extendió su mano como señal de que cualquier ayuda era bien recibida.
Y qué queréis que os diga…. a la mierda la teoría, la esencia fotográfica y el manual del buen viajero… sentía que lo justo era darle algo a esa señora y así lo hice.
Estás en un sitio público, haciendo fotos generales, y alguien te pide dinero
Siempre hay gente con la cara dura, y aunque no suele pasar muy a menudo, puede que algún día alguien se atreva a pedirte dinero por hacer fotos en la calle. Personalmente nunca me ha pasado, imagino que si me pasara lo ignoraría o le pediría amablemente que dejara de molestarme, que tengo mucho trabajo que hacer.
Músicos y artistas callejeros
Este caso está muy claro: no son parte del decorado, no están ahí para que tus fotos salgan más bonitas. Son profesionales trabajando. Si les vas a hacer algunas fotos déjales al menos algunas monedas, o mejor incluso algún billete. O cómprales el CD. Y si tienes tiempo y eres una persona amable, puedes incluso pedirles el email y les mandas algunas copias.
Seguro que te lo agradecen y quizás incluso hagas amigos.
Conclusión
Un buen fotógrafo de viajes debe saber manejar estas situaciones con seguridad y tranquilidad, teniendo muy en cuenta que, por ejemplo en Asia, la mayoría de las situaciones se solucionan con una sonrisa en la cara y se agravan si te enfadas y discutes. Por supuesto, es algo que te da la experiencia y el conocimiento de un país y de la forma de ser de sus gentes.
Por ejemplo: Tailandia, el país de las sonrisas, cuenta con los habitantes más amables y hospitalarios del mundo. ¡Pero no intentes dejar en ridículo a un tailandés en público! Lo único que vas a conseguir es provocar una situación muy desagradable, ya que para ellos es algo muy desafiante y despreciativo.
Mientras más viajes, más rápidamente te darás cuenta de que el mundo está lleno en su mayoría por gente increíble, amable y hospitalaria. Personas que son gente normal y corriente, gente como tú y como yo, gente trabajadora y que hace lo que puede, que se esfuerza y a las que a veces les salen las cosas bien y a veces no.
Y también te darás cuenta de que hay un montón de gente en el mundo a la que le encanta ser feliz pero que sufre muchísimo. Gente que se esfuerza cada día a jierro, mucho más que tú y que yo, gente que trabaja 14 horas al día, gente que habla varios idiomas y tienen varias carreras, pero que por lo que sea tienen que pedirle unos cuantos de céntimos a ese extranjero que lleva una cámara que vale su sueldo de 4 años.
Y cuando te das cuenta de todo eso, ya no te parece tan importante la pregunta de si debes o no pagar por hacerle fotos a alguien, simplemente harás lo que creas correcto en ese momento.
Y como siempre digo, si tu cabeza te dice una cosa y tu corazón otra, hazle caso al corazón. Nunca te equivocarás.
¿Has pagado alguna vez por hacerles fotos a alguien? ¿Lo harías? ¿O crees que la fotografía de viajes debe ser documental y sin intervenir en ningún momento? ¡Cuéntanoslo en los comentarios!Comparte este post si crees que le puede interesar a alguien. Y no olvides suscribirte a fotoMundos. Es gratis, y así te llegarán a tu correo nuestras ofertas, tutoriales, consejos, trucos… ¡Gracias por leernos!
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No te vayas con las manos vacías, ¡aquí tienes un regalo!
Una de las cosas de las que siempre hablo cuando doy clases de fotografía o estoy en un viaje fotográfico, es de la suerte.
La suerte en la fotografía puede ser un elemento importante, y hay que tenerla siempre en cuenta.
De hecho, la fotografía que encabeza este post es un claro ejemplo: es una foto tomada en los campamentos saharauis de Smara a una niña autista, dentro de un centro para enfermos psíquicos llamado Centro Castro. Siempre me ha encantado esta foto, me gusta mucho como inclina la cabeza hacia abajo, con los ojos cerrados, y sobre todo me encanta el desenfoque de la cara, creo que es una muy buena manera de representar su autismo.
Pero ese desenfoque no lo hice queriendo… sencillamente tuve suerte. Era una habitación con muy poca luz y el autofoco de mi cámara no lograba enfocar la cara de la niña. Cuando vi que cerraba los ojos disparé, sin saber si había salido enfocada o no. Cuando vi la foto, me encantó.
Tuve suerte, así de fácil.
¿No os ha pasado nunca algo así? ¿No habéis hecho alguna vez una foto que no querías y por suerte ha salido bien? Alguien que abre una ventana en el momento justo, una mirada que se dirige a cámara justo en el instante que disparas, algo que se cruza y que acaba haciendo interesante una foto que quizás hubiera sido aburrida….
Por supuesto, también puede pasar lo contrario, el tener mala suerte. Y además suelen ser los mismos elementos: alguien que pasa cuando no debe, la cámara no enfoca en el momento que lo necesitas, una mirada a cámara que no quieres y que te estropea la foto…
Llegados a este punto, me imagino que más de uno estará pensando: “Ok, vale, muy bien, pero… la suerte es algo que no puedo prever, puede que tenga buena suerte o mala suerte haciendo fotos, pero no sé cuando va a pasar”.
Sí, no os falta razón, la suerte en la fotografía es algo que nunca sabemos cuándo va a llegar. Pero la cuestión es ésta: la suerte hay que buscarla y trabajarla.
Me explico con un ejemplo: si quiero hacer una foto de un pájaro dándole de comer a su cría, tengo 2 opciones:
Salgo a pasear con mi cámara por el campo, esperando tener suerte de que vea a una madre alimentando a la cría.
Hablo con varios amigos que se dedican a la fotografía de naturaleza, y les pregunto la localización de algún nido. Voy al lugar a verlo, y busco un sitio donde tenga un buen ángulo. Me voy allí a las 4 de la mañana, mientras duermen, me oculto tras un hide y espero.
Evidentemente, voy a tener muchísimas más posibilidades de hacer la foto que quiero si opto por la segunda opción. Después quizás no tenga suerte y el primer día llegue a casa sin nada porque los pájaros han sido demasiado rápidos, no se fiaban, etc… Pero puedo seguir buscando la suerte yendo otro día, y otro, y otro…
Siguiendo con el ejemplo de la foto de la niña autista: si yo no me hubiera informado sobre el Centro Castro nunca hubiera podido conocerlo y nunca hubiera podido entrar allí. Si no me hubiera ganado la confianza de los trabajadores y de los niños, nunca hubiera podido entrar en esa habitación. Si no hubiera ido varios días no hubiera conseguido que dejaran de posar cuando les hacía fotos. Estaba en el sitio que tenía que estar.
¿Veis ahora por dónde voy? Si estás en el sitio adecuado y en la hora correcta, es mucho más fácil que la suerte te sonría. A eso me refiero con “la suerte hay que buscarla”.
Conclusión
Déjate de excusas y trabaja tu fotografía. Si te gusta la fotografía de viajes tienes que preparar bien los viajes que hagas. Infórmate de los sitios a los que vas, mira las opciones que tienes, sal siempre antes del amanecer, habla con la gente, interactúa con ellos, acepta las invitaciones que te hagan…. Si lo que haces es ir a los sitios donde va todo el mundo a la hora a la que va todo el mundo, vas a tener las mismas fotos que tiene todo el mundo.
No dejes al azar la preparación, porque si estás en el sitio adecuado a la hora correcta, es cuestión de tiempo que la suerte se ponga de tu parte.
¿Qué te ha parecido este post? ¿Tienes alguna foto que te encante y que la hayas tomado de pura suerte? ¡Déjanos tus comentarios y sugerencias!
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Siempre digo que los mejores retratos se hacen a gente que conoces.
Robar el alma y sacar algo de una persona es casi siempre mucho más fácil cuando ya sabes algo de ella. Cuando ya tienes una idea en tu cabeza de cómo es, o al menos, de cómo tú crees que es, cómo lo ves y qué es lo que quieres enfatizar, mostrar y sacar al exterior.
Por supuesto también cuenta mucho la experiencia del modelo, si ha posado alguna vez ya sabe cuales son sus puntos fuertes y débiles, tendrá memorizada algunas poses en las que se ve bien, etc…
No suelo hacer muchas sesiones en estudio, soy un fotógrafo de viajes y me encuentro mucho más a gusto sin focos y fuera de casa, en la incertidumbre de no saber exactamente qué es lo que va a pasar a continuación, dónde van a mirar mis modelos, lo que voy a cenar esa noche o dónde voy a dormir; así que intento aceptar sólo encargos en estudio en los que pueda sacar retratos interesantes y no se quede todo en una sesión de moda.
Además, en esta ocasión, tenía la responsabilidad de que estas fotos se iban a utilizar en la web de una nueva marca de ropa deportiva, Values. Si eres practicante de artes marciales deberías darte una vuelta por ella, estoy seguro de que te gustará lo que ves.
Los modelos
Hace muchos años que me sumerjo, salgo y vuelvo a entrar en el mundo de las artes marciales. Tuve la suerte hace un par de semanas de que dos personas que son una fuente de inspiración para mí en ese mundillo necesitaban unas fotos. Los conozco desde hace muchos años, han sido y son mis Maestros y han posado para mí en más de una ocasión, por lo que tengo una idea muy clara de lo que quiero sacar de ellos cuando les hago fotos.
Alberto González
Alberto González es cinturón negro de Brazilian Jiu Jitsu desde el año 2013, además de ser el primero y único todavía en Sevilla.
Ha sido varias veces campeón de España, 2 veces medalla de Bronce en los campeonatos de Europa FILA, medalla de Bronce en el Open Internacional de Roma, medalla de Plata en Open Internacional de Roma, medalla de Bronce en el Europeo De Jiu Jitsu No Gi, y decenas de medallas más en competiciones nacionales e internacionales de alto nivel. Actualmente reside en Emiratos Árabes Unidos, donde da clases de Brazilian Jiu Jitsu.
Enrique Wasabi
Enrique Wasabi es luchador profesional de MMA (artes marciales mixtas), y ha luchado en las modalidades de boxeo, muay thai, kick boxing, sanda, grappling y brazilian jiu jitsu. Ha ganado varios campeonatos muy importantes, como el Ansgar Fighting League, Almogavers 3 y 4, MMA European League, y ha peleado incluso en la cuna del muay thai, Tailandia.
Ha sido el primer español en poder participar en el show televisivo The Ultimate Fighter, y si gana, sería el primer español en luchar en UFC, la mayor empresa de artes marciales mixtas del mundo.
Esquema de iluminación
Casi siempre en estudio me gusta trabajar con una sola fuente de luz, y quizás alguna otra o un reflector para sacar de las sombras alguna zona que se quede demasiado oscura, así que básicamente utilicé un foco a media potencia, bastante cerca del modelo, a 45º y a medio metro por encima de sus ojos, para que la luz le cayera desde arriba. Luz suave con un softbox. Eso es todo.
En realidad lo importante de los esquemas de iluminación es no obsesionarse con ellos. Empieza con alguno básico, como el que he descrito, pero ve variando distancias y ángulos, ya que es complicado acertar a la primera. Siempre hay que hacer pequeños ajustes, incluso con los mismos modelos, ya que el estado de ánimo del modelo, cómo haya dormido esa noche, lo que le esté pasando por la cabeza, su fisionomía, cómo le cae la luz, las sombras que produce su cara… es lo que va a determinar en realidad si pones el foco a 20º, a 60º, haces un contraluz o utilizas 20 focos. Y por supuesto, lo que tú quieras sacar ese día y lo que te ronde por la cabeza.
Sobre el Jiu Jitsu y las MMA
El Jiu Jitsu es con toda seguridad, el arte marcial que más ha crecido en las últimas décadas, ya que no hay país en el mundo sin un centro donde se impartan clases de este noble arte.
Se dice que en California (meca actual del Jiu Jitsu), en Los Ángeles o San Diego, no te encuentras una calle que no tenga un Starbucks, una lavanderia y una academia de Jiu Jitsu.
Y esto es debido no sólo a una buena promoción del sistema deportivo de luchas, donde un atleta puede probar todo lo que le enseñan y con un riesgo muy bajo de lesión, de una forma real y por lo tanto de aprendizaje efectivo; sino que es un arte marcial que está en constante evolución, y se adapta perfectamente a los cambios de estrategia y de aprendizaje de los deportistas.
No se trabajan las cosas porque sí, sino que cada técnica es puesta a prueba y es desgranada en sus debilidades y puntos fuertes. El Jiu jitsu se adapta también a cualquier fisionomía y reza como uno de sus lemas: “La técnica vence a la fuerza”. Esto quiere decir que un luchador mas pequeño y débil, haciendo uso de la técnica, es capaz de ganar un rival mas poderoso y de gran envergadura.
El que una persona sea flexible, rápida, fuerte, explosiva, agil,…, o nada de eso, sólo va a condicionar la forma de luchar, el modo en que va a desarrollar su propio Jiu Jitsu.
El Jiu Jitsu en origen era el arte marcial del que nació el Judo, que sería una separación de la metodología clásica para adaptarla a un programa técnico de entrenamiento que se usaría tanto en colegios como en el ejercito y posteriormente se convertiría en deporte nacional integrado en la vida cotidiana de los japoneses. El Judo fue suprimiendo determinados tipos de técnicas y aun hoy día sigue restringiendo algunos movimientos y detalles en vias de preservar una esencia e ideología.
El Jiu Jitsu del que hablamos no es tampoco el originario sino que es una evolución o una rama que ha crecido desde la misma base pero que se ha centrado más en el desarrollo de la lucha de suelo, en la diversidad de técnicas que se pueden configurar desde la lucha cuerpo a cuerpo cuando los dos adversarios van al suelo.
El Jiu Jitsu Brasileño se le conoce así porque fue en Brasil donde gracias a los hermanos Carlos y Helio Gracie y después a la dinastía de luchadores que formaron dentro de su familia, se desarrolló, evolucionó y empezó a extenderse, gracias a los retos que proponían para medir la efectividad del estilo. Nombres como Helio, Carlson, Rickson, Rolls, Renzo o Royce pusieron la bandera del Jiu Jitsu en la tierra, luchando contra todos los estilos e imponiendo el suyo.
Fue esté último, Royce Gracie, el que en los años 90 marcaría el antes y el después del Jiu Jitsu, el que comenzó a convertirlo en curiosidad y moda a la vez.
Por aquella epoca comenzó a funcionar la mayor organización de eventos de MMA del mundo (entonces conocido como Vale Tudo), la UFC (Ultimate Fighter Championship), que consistía en un torneo que enfrentaba a luchadores de diferentes estilos marciales en combates con apenas una reglas mínimas, sin guantes y sin tiempo límite de lucha.
Royce Gracie, siendo un luchador que en la mayoría de los casos fue un atleta que partía con una notable desventaja física, se impuso a todos sus rivales, ganando los tres primeros torneos de la firma, sometiendo con palancas y estrangulaciones a cada uno de sus oponentes.
El Jiu Jitsu ganó la mayor prueba conocida de combate entre estilos y esto supuso un cambio en el concepto de lucha de todos los artistas marciales en cuanto a la efectividad y a lo que supone un estilo completo.
Las MMA han crecido de forma vertiginosa y es hoy día uno de los deportes y espectáculos más seguidos en los Estados Unidos.
Hoy día el luchador de MMA es mucho más parecido a lo que sería el luchador completo, porque ya no se trata demostrar qué estilo es el mejor sino de combinarlos todos y sacar lo mejor de cada modalidad.
El deportista necesita dominar todas las distancias de combate y para ello hay que tener un gran dominio del golpeo, el derribo y el control del suelo, para ello se puede entrenar Boxeo, Kick Boxing, Muay Thai, Wrestling, Sambo, Judo, Jiu Jitsu Brasileño,…
La historia de las MMA es imposible de contar sin la mención del Jiu Jitsu Brasileño, que a día de hoy sigue suponiendo una parte fundamental e ineludible del modo en que se lucha. De igual modo, la evolución y propagación del Jiu Jitsu hubiera sido mucho mas lenta y menos exitosa sin la aparición de las MMA.
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Hace unas semanas tuve la oportunidad de hacer un viaje a Vietnam en mi propia ciudad.
Sé que suena un poco raro, pero es la magia de la fotografía: a veces nos ayuda a viajar sin tener que coger un avión.
Tenía muchas ganas de probar unas cuantas de cosas en Sevilla por la noche, utilizando la ciudad como fondo y las luces que la ciudad nos regala como focos.
He tenido la suerte de contar, por fin, con una modelo oriental. Llevaba un tiempo buscando pero por estas tierras los únicos orientales que se suelen ver son chinos, y todo el mundo sabe lo complicado que es contactar con ellos. Pero a través de couchsurfing, una plataforma para conectar viajeros, pude conocer a Anaïs, una chica vietnamita/francesa que estaba en Sevilla trabajando de au pair, y pedirle que posara para mí.
Y aunque nunca lo había hecho ni tenía experiencia, después de un rato empezó a relajarse y acabó sacando mucha naturalidad y soltura, regalándonos momentos como estos:
El truco para este tipo de fotos es no utilizar flash, sino aprovechar las luces de la ciudad, con sus diferentes tonos y colores, y dejar que los resultados nos sorprendan. Corregir dominantes con tantas luces diferentes suele ser una pesadilla, pero muchas veces, por qué no, puede darnos un toque diferente a nuestros retratos. ¿No os pasa que a veces os cansa las fotos tan perfectas? Enfoque perfecto, piel de bebé sin imperfecciones, sin arrugas, colores corregidos y sin dominantes raras….
Por supuesto, necesitarás tirar de ISOs altos y contar con un objetivo muy luminoso, lo que nos proporcionará además un desenfoque que queda muy bien con tantas luces de fondo.
Otra opción es tirar a velocidades lentas y utilizar trípode. Podemos hacer que el modelo se quede quieto el tiempo que dure la exposición, o experimentar con distintos movimientos o giros. También podemos hacer del viento en la ropa un aliado. El límite lo pone nuestra imaginación y creatividad.
Me gustó tanto el resultado que quería probar cómo quedaría en estudio. Normalmente las sesiones en estudio son más complicadas para los modelos, ya que se enfrentan sin nada a la cámara, con un fondo sin distracciones y sin poder interactuar con casi ningún objeto. Se necesita experiencia y tablas para dar la talla.
Yo creo que Anaïs pasó bastante bien la prueba, ¿no? Juzguen ustedes mismos:
¿Qué te han parecido las fotos? ¿Has practicado alguna vez fotografía nocturna urbana? ¿Crees que he sabido captar la esencia de Anaïs? ¡Déjanos tus comentarios y sugerencias!
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¿Conoces el programa de edición de fotografía Adobe Lightroom?
Personalmente me salvó la vida cuando hice mi primer proyecto serio, en el 2009. En aquella época sólo conocía Photoshop, y me resultaba extremadamente complicado editar las fotos con ese programa, ya que cada foto me salía con un toque diferente. Mi proyecto era en blanco y negro, y después de mucho buscar, encontré un método que daba un blanco y negro que me gustaba. El problema es que tardaba unos 4 ó 5 minutos en pasar cada foto a blanco y negro, y cada semana tiraba cientos de fotos, por lo que mi primer proyecto se convirtió en una pesadilla… hasta que conocí Lightroom.
El primer problema, hacer un blanco y negro potente, se solucionó con un preset y un solo click. El segundo problema, que todas las fotos tuvieran el mismo tono, se solucionó igualmente con un solo click.
A partir de ese momento me convertí en un fanático de ese software, que sigo utilizando a diario.
Al principio puede resultar un tanto diferente, y seguramente te cueste empezar, ya que la estructura y la forma de trabajar no tiene nada que ver con otros programas de edición. Pero te aseguro que en cuanto sepas como funciona, no querrás utilizar otro programa.
Llevábamos mucho tiempo dándole vueltas a la idea de cómo enseñar todas las maravillas que encierra este programa, y después de escuchar a muchos antiguos alumnos que nos pedían un curso de Lightroom, hemos preparado uno que en 2 días te va a permitir hacer cosas como ésta:
¿Cuando?
Días 13 y 15 de Julio, de 19:00 a 22:00.
¿Que aprenderás en este curso?
El método de trabajo de un fotógrafo profesional.
A ordenar y catalogar tus fotos. Adobe Lightroom no sólo es un potente editor, es uno de los organizadores más potentes. Nunca más perderás horas y horas buscando fotos que no recuerdas donde guardaste.
Todas las herramientas que el programa nos da para editar nuestras fotos: reencuadrar, corregir exposición, balance de blancos, contraste, corregir perspectiva, revelado por zonas…
El uso de ajustes preestablecidos, cómo modificarlos o crear nuevos.
A hacer un blanco y negro profesional con un solo click.
A reducir el ruído de tus fotos, o transformarlo en grano.
A recuperar luces y sombras.
A editar cientos de fotos al mismo tiempo con un solo click.
A guardar tus fotos dependiendo si las necesitas para imprimir, para internet, etc…
¿Cuánto dura?
Este curso dura 6 horas. Lo dividimos en 2 días, 3 horas cada día.
En el primer día aprenderemos el funcionamiento básico del programa, desde cero, explicando el flujo de trabajo correcto, todas sus herramientas y opciones, y editando fotos de ejemplo.
El segundo día profundizaremos un poco más viendo casos reales y resolviendo los problemas y las dudas de cada alumno
¿Dónde se impartirá?
El curso se imparte en el centro cultural La Esquina Azul, en la Calle Macasta (Sevilla), un sitio genial donde además podremos tomarnos unos botellines fresquitos.
¿Cuánto cuesta?
Si ya has sido alumno de fotoMundos en algún curso o viaje fotográfico, te costará 50 €. En caso contrario, 60 €.
¿Qué tengo que llevar?
Sólo basta con un portátil en el que esté instalado el programa Adobe Lightroom. No hace falta comprarlo, desde la web de Adobe puedes bajar una versión totalmente funcional que dura 30 días.
Creo que esta puede ser una de las preguntas que más me hacen, tanto en cursos como en viajes fotográficos. ¿Hay que pedir permiso para hacer fotos?
La respuesta no es clara, y como casi todo en fotografía, depende de la situación en la que estés. Pedir permiso para hacer una foto puede hacer perder espontaneidad al fotografiado, que inmediatamente se pondrá a posar (más adelante te digo un pequeño truco para evitar esto), pero no pedir permiso puede ser muy violento para ciertas personas (tanto para el fotógrafo como para el modelo).
Entonces, ¿qué hago? ¿Pido permiso o no para hacer fotos?
Antes de contestar, quiero que veas estos 2 vídeos, donde 2 conocidos fotógrafos afrontan sus retratos de manera diferente. El primer vídeo es de Bruce Gilden, fotógrafo de la agencia Magnum que basa mucha parte de su obra en las calles de Nueva York. El segundo vídeo es del fotoperiodista James Nachtwey, donde explica su particular y delicada forma de acercarse a la gente que fotografía.
¿Veis que dos estilos tan dispares? Y sin embargo, los dos funcionan, cada uno a su manera.
Vale, muy bien, pero… ¿qué hago si no soy fotoperiodista ni vivo en Nueva York?
Seguramente piensas que si Bruce Gilden viviera en Sevilla, o Madrid, o cualquier otro sitio que no fuera Nueva York, ya le habrían partido la cara varias veces.
Ok, Nueva York es un sitio especial, vale, pero… te asombraría saber lo receptiva que es la gente… si sabes acercarte.
Te puedo decir que yo, por mi parte, pocas veces pido permiso para hacer una foto. Y por ahora nunca me han pegado. Además, que yo recuerde, nunca me han pedido que borrara una foto. ¿Cómo lo hago entonces? ¿Hay algún secreto?
El secreto, aplicable a cualquier faceta de la vida, es ser honesto y sincero con tu fotografía. Si eres capaz de eso, la mayoría de la gente no tendrá problemas en que le hagas una foto. Con ser honesto me refiero a que si quieres hacerle una foto a una persona, no te pongas a 40 metros, con un teleobjetivo, medio oculto detrás de un coche. ¿No creerás que así desconfiarán mucho más de ti? Además… ¿qué valdrá esa foto?
Si quieres hacerle una foto a una persona, aquí te dejo estos dos ejercicios que seguro que te van a ayudar a ir perdiendo miedo. Uno es sin pedir permiso y el otro pidiendo permiso:
Prepara la cámara antes, acércate, muévete despacio, mírale a los ojos, y sin pedir permiso, dispara.
Prepara la cámara antes, acércate, pregúntale cómo está, cómo se llama, y explícale quien eres, lo que estás haciendo, y por qué quieres hacerle una foto precisamente a él o a ella.
El segundo método es más fácil que el primero, pero te aconsejo que pruebes los dos. Evidentemente, no existen sólo estos dos, cada fotógrafo tiene su forma de acercarse a la gente. ¿Te atreverías a hacer lo que hace Bruce Gilden?
Para concluir, te diré los pros y los contras de pedir permiso o no a la hora de hacer una foto:
Si pides permiso, te acercas a la persona, hablas con ella, le preguntas su nombre, etc…., vas a notar enseguida que tus fotos van a adquirir mucha más fuerza. No es por ellos, es por ti. Al involucrarte en las historias de la gente, vas a hacer mejores fotos, es así de sencillo. Pruébalo y verás. Lo negativo es que cuando pides permiso, automáticamente la gente se pone a posar. Si no tienes experiencia en resolver estas situaciones vas a volver a casa con un montón de posados muy artificiales. Un pequeño truco que utilizo para cuando no quiero que me posen: aguanto apuntando con la cámara unos segundos, hasta que la persona se siente incómoda, empieza a mirar a los lados, no sabe que hacer…. y deja de posar. Es el momento para disparar.
Si no pides permiso, vas a poder capturar acciones naturales y sin posados, dinamismo, fuerza, velocidad… Lo malo es que tienes que saber muy bien manejarte en estas situaciones, saber exactamente hasta donde puedes llegar, cuando puedes disparar y cuando tienes que guardar la cámara. Hay muchos factores que determinan esto, uno fundamental es el sitio donde estás: te va a ser mucho más fácil hacer fotos en las calles de Nueva York que en un pueblo perdido de Marruecos.
Mi último consejo es que no seas tímido y pruebes lo que te he dicho. Verás, estoy seguro, de que la gente es mucho más receptiva de lo que parece.
Para eso, en primer lugar, somos nosotros los que tenemos que estar convencidos que lo que llevamos en la mano es una cámara de fotos, no una pistola, y que hacer fotos no es una especie de terrorismo, y más cuando hoy día estamos hartos de publicar en redes sociales fotos de nuestros hijos pequeños, amigos, familiares, y de nosotros mismos.
¿Qué te ha parecido este artículo? ¿Tú pides permiso a la gente que fotografías? ¿Cómo te acercas a la gente? ¡Déjanos tus comentarios y experiencias!
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En fotoMundos estamos organizando últimamente unos cursos de fotografía nocturna urbana, y uno de los puntos que más cuesta a nuestros alumnos es la configuración de la cámara. Así que, atentos siempre a sus peticiones, hemos decidido escribir un post sobre la configuración de la cámara a la hora de afrontar este tipo de fotografía. Esta configuración también serviría para fotografía nocturna en general, aunque dependiendo de cada situación habría que hacer ligeros cambios.
La fotografía urbana nocturna es un tipo de fotografía muy interesante, ya que se mezclan la fotografía callejera con la fotografía nocturna. Te vas a enamorar rápidamente de ella porque puedes obtener resultados espectaculares y sus posibilidades son muy variadas: no te limites a disparar con trípode y a monumentos, atrévete con retratos, autorretratos, sin trípode, juega con el balance de blancos, mezcla las luces de la ciudad con varios flashes, utiliza filtros en los flashes, etc….
Pero para no llegar a casa y maldecir tu vida al ver que las fotos han salido mal, primero tienes que saber configurar tu cámara de esta manera:
Tirar siempre en RAW
Este punto, que a veces puedes obviar en otro tipo de fotografía, es fundamental en la fotografía nocturna. ¿Has intentado corregir la temperatura de color en jpg? Entonces estarás de acuerdo conmigo en que es infinitamente más fácil hacerlo con un archivo RAW. Y créeme, con la cantidad de tipos de luces diferentes que te vas a encontrar en las calles de tu ciudad, vas a tener que corregir dominantes casi seguro.
Lo mismo pasa con otros parámetros que vas a tener que editar casi seguro: contraste, saturación, recuperación de blancos, empaste de negros…
Configuración de la imagen lo más neutra posible
Las imágenes te van a salir muy contrastadas, seguramente tendrás que subir negros y bajar brillos. Todo eso podrás corregirlo después. Por lo tanto, configura tu cámara para que la saturación, el contraste, etc, estén lo más neutro posible, ya que así te será mucho más fácil recuperar blancos y negros.
Desactivar estabilizador, esté en el cuerpo o en el objetivo
Pasa una cosa muy curiosa con los estabilizadores: funcionan muy bien cuando sujetas tu cámara con la mano, pero suelen fallar cuando pones la cámara en un trípode. Ignoro porque pasa esto, y si en los nuevos estabilizadores lo han podido corregir. Si alguien conoce más de este punto, que lo añada a los comentarios.
En cualquier caso, desactiva el estabilizador de imagen cuando vayas a utilizar el trípode, si es que tu objetivo o tu cámara lo tiene.
Desactivar reducción de ruido a ISOs altos
El software de la cámara siempre va a ser inferior al software especializado que podamos instalar en nuestro ordenador, y con el ruido tenemos un claro ejemplo.
Durante la noche, mientras casi todo el mundo duerme, otra faceta de la ciudad despierta, por lo que en la fotografía urbana nocturna vas a tener la posibilidad de hacer fotos muy originales, conocer gente muy peculiar, y disparar retratos brutales. Para ello, tendrás que disparar sin trípode y subiendo el ISO, lo que inevitablemente se traducirá en mucho ruido.
Pero no quieras quitarlo con esta opción que tienen casi todas las cámaras. Olvídate del ruido, y después lo tratas en casa. Y no te obsesiones con quitarlo, hay más opciones: puedes convertirlo en grano, o jugar con él, buscar retratos contrastados, en blanco y negro y con mucho grano.
Dejar o quitar la reducción del ruido a exposiciones prolongadas
Éste quizás sea el único parámetro que tu cámara lo maneja mejor que el ordenador. Cuando hacemos exposiciones largas, el sensor se calienta y genera ruido, un ruido diferente al ocasionado por subir la sensibilidad. ¿Y por qué con esta opción se quita muy bien este tipo de ruido? Lo que hace la cámara cuando activas esto, es primero hacer la foto que quieres, y luego hace la misma foto, pero en negro, como si tapáramos el objetivo con la tapa.
De esta manera, se obtienen 2 fotos: 1 foto, donde tienes la imagen y ruido, y otra foto donde no tienes imagen, pero sí ruido. Lo que hace la cámara es simplemente restar la segunda foto a la primera: foto + ruido – ruido = foto.
Evidentemente esto es mucho más complejo y ocurre a nivel electrónico, ya sabes, unos y ceros, pero a groso modo y para que te hagas una idea, funciona así.
El resultado es una foto muy limpia, casi sin ruido.
¿El problema? Que, como hemos dicho, la cámara hace 2 veces la foto, con la misma duración. Si has puesto una velocidad de obturación de 10 minutos, tendrás que esperar otros 10 minutos para poder tirar otra foto. Los tiempos se duplican…. y eso puede ser un engorro.
Depende de ti entonces activar o desactivar esta opción. Ten en cuenta que tampoco vamos a utilizar tiempos de exposición tan largos como en la fotografía nocturna de naturaleza, o del cielo, así que quizás lo mejor sea activarlo.
Quitar filtros protectores del objetivo
No tengas miedo, los objetivos tienen capas de protección, lo que significa que para rayar alguno de tus objetivos tiene que pasarle algo gordo.
El problema de los filtros protectores cuando haces fotos o grabas vídeo de noche, es que debido a tantos puntos de luz viniendo desde ángulos diferentes, de vez en cuando salen artefactos y luces raras que no ves hasta que no llegas a casa, pudiéndote estropear todo el trabajo de una larga noche.
Así que no es ninguna tontería… quítale el filtro protector a tus objetivos que seguramente no les vaya a pasar nada.
Balance de blancos manual
El balance de blancos automático suele fallar mucho por la noche, se vuelve un poco loco con tantas luces diferentes. Y aunque siempre se puede corregir en postproducción, si cogemos una hoja de papel en blanco y lo hacemos en manual, vamos a corregir dominantes raras que no son tan fáciles de encontrar después.
Y hasta aquí la configuración básica para empezar a hacer fotografía urbana nocturna. Ahora sólo tienes que esperar a que se oculte el sol y salir a la calle a practicar. Otro día hablaremos más en profundidad sobre este tipo de fotografía tan interesante, por lo pronto, quédate con este pequeño consejo: no te limites a monumentos y pierde la vergüenza a los retratos.
¿Qué te ha parecido este artículo? ¿Has probado alguna vez a disparar retratos de noche? ¡Déjanos tus comentarios y sugerencias!
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Siempre he sido un defensor acérrimo del modo Manual, y nunca he utilizado los modos automáticos de disparo. Ni siquiera los modos semiautomáticos.
Sí, lo reconozco, he sido de aquellos que miran con desdén a esos fotógrafos que osan desplazar el dial de la M. “Eso es porque no saben hacer fotos, y tienen que recurrir a trucos”. No creas que es un pensamiento aislado, muchos fotógrafos piensan lo mismo. Disparar en Modo Manual es una especie de distinción, una señal de que eres un buen fotógrafo.
Pero de vez en cuando me daba cuenta de que perdía la oportunidad de hacer algunas fotos, sobre todo en situaciones en las que algo pasaba rápidamente, y había algún cambio brusco de luz. Por ejemplo, saliendo o entrando de una casa, saliendo o entrando de un ascensor, cambiando de habitación, etc…
Precisamente para estas situaciones vienen muy bien los modos semiautomáticos. Yo tardé en darme cuenta… llevaba tanto tiempo disparando exclusivamente en Modo Manual que no lograba encontrar la solución… y la tenía frente a mis narices. Estaba tan encabezonado con no cambiar el modo de disparo que no concebía disparar si no era en Modo Manual… no hay más ciego que el que no quiere ver.
Así que, y aunque esta frase quizás suene a sacrilegio para muchos puristas, a veces nos viene muy bien utilizar los modos semiautomáticos.
¿Qué son los modos semiautomáticos?
Si miras el dial de tu cámara, donde aparecen los modos de disparo, verás muchas siglas y algunos dibujos. Todos esos modos son automáticos, menos dos, que son semiautomáticos, y uno, que es el modo Manual, representado siempre por una M.
Te aconsejo que los automáticos los vayas eliminando de tu uso normal, y te quedes con el Manual y los 2 semiautomáticos.
Los modos semiautomáticos son los que aparecen en el dial de tu cámara como A y S, ó Av y Tv. Las letras A ó Av se refieren al modo de prioridad a la apertura, y las letras S ó Tv se refieren al modo de prioridad a la obturación.
¿Qué es el modo de prioridad a la apertura?
En este modo vas a poder elegir el diafragma y la cámara elegirá la velocidad de obturación para que la exposición sea la correcta. Por ejemplo, vas a poder elegir un diafragma f4.0, y la cámara decidirá cual es la velocidad de obturación correcta para cada foto. Para eso mide la luz de la escena, y elegirá una velocidad rápida si hay mucha luz, y una lenta si hay poca luz.
¿Qué es el modo de prioridad a la obturación?
En este modo vas a poder elegir la velocidad de obturación y la cámara elegirá el diafragma para que la exposición sea correcta. Por ejemplo, vas a poder elegir una velocidad de 1/125, y la cámara decidirá cual es el diafragma correcto para cada foto. Igual que antes, mide la luz de la escena y abre diafragma si hay poca luz, o lo cierra si hay mucha.
Vale, todo muy bonito, pero… ¿cuándo utilizo los modos semiautomáticos?
Los modos semiautomáticos nos van a salvar la vida sobre todo en los casos en los que no tengamos tiempo para ajustar la cámara en manual, ya sea porque la acción está pasando demasiado rápido o porque hay cambios rápidos de luz, o por una mezcla de las dos cosas.
También puedes utilizar cualquiera de estos dos modos cuando no te apetezca centrarte en la parte técnica y quieras dejar todo tu cerebro libre para que trabaje la parte creativa a tope. Conozco incluso a grande fotógrafos que a veces trabajan en modo totalmente automático por esto mismo. Yo personalmente nunca trabajo en automático porque disfruto mucho de la parte en la que visualizo la foto antes de disparar, midiendo la luz y ajustando parámetros, pero puede ser una forma interesante de trabajar.
Cuándo utilizar el modo de prioridad a la apertura
Con este modo de disparo podemos seleccionar el diafragma que queramos. ¿Y qué es lo que determina el diafragma? Exacto, la profundidad de campo.
¿Te acuerdas? Si abrimos diafragma, la profundidad de campo disminuye, por lo que los fondos nos saldrán más desenfocados. Si cerramos diafragma, la profundidad de campo aumenta, por lo que los fondos nos saldrán enfocados.
Por lo tanto, podemos utilizar este modo si estamos haciendo retratos o paisajes y nuestra prioridad es enfocar o desenfocar el fondo. Por ejemplo:
Día soleado y muchas nubes, haciendo Street Photography: la fotografía callejera requiere mucha concentración, sin duda. Y además, las cosas pasan tan rápido que cuando quieres pensar en la exposición, la foto ya ha pasado de largo. Y si además, la luz va cambiando continuamente, puede ser una buena opción utilizar el modo de prioridad a la apertura para que no se te escape ningún detalle.
Semana Santa: igual que antes, en Semana Santa hay momentos que se te pueden saltar si estás concentrado en cambiar los parámetros de la cámara, sobre todo si hay cambios de luz constante.
En interior, cuando pasas de una habitación a otra, o sales a la calle: llegas a una iluminación diferente y tienes que volver a ajustar la cámara. En esos momentos puede que pase algo interesante y te lo pierdas.
Fotografía de bodas: en la fotografía de bodas no se puede repetir, y hay algunos cambios muy bruscos de iluminación: cuando se entra o se sale de la iglesia, cuando se entra o sale de la casa de los novios, etc….
Cuándo utilizar el modo de prioridad a la obturación
Con este modo podemos seleccionar la velocidad de obturación, con lo que podremos congelar la imagen o dar dinamismo a la escena.
Utilizaremos este modo cuando estemos involucrados en escenas rápidas y con velocidad, por ejemplo:
Fotografía de deportes con diferentes espacios de iluminación: imagínate un campo de fútbol, con sol y sombra en muchas partes, y además de diferente intensidad. En esta escena pueden darse 3 ó 4 iluminaciones diferentes, y si encima hay nubes, la cosa se complica aún más si intentamos disparar en Manual.
Fotografía de espectáculos: teatro al aire libre, carnaval, fiestas patronales, etc… Situaciones en las que querremos congelar el movimiento, o por el contrario, crear sensación de dinamismo utilizando una velocidad lenta.
Fotografía de bodas: en la fotografía de bodas, como hemos visto antes, normalmente utilizaremos el modo de prioridad a la apertura, ya que no va a haber casi ninguna situación donde queramos dar sensación de dinamismo o congelar la imagen…. bueno, sí, hay una. Además, justo en un momento delicado, con un cambio total de la iluminación: a la salida de la Iglesia, cuando tiran el arroz. Con este modo podremos congelar los granos de arroz o hacer que parezca una lluvia.
Un último detalle del que seguramente ya te hayas dado cuenta si has empezado a utilizar estos modos: no funcionan con la medición puntual. Si quieres que funcionen bien tienes que elegir la medición matricial, es decir, que la cámara mida la luz de toda la escena.
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El retrato es una de las disciplinas dentro de la fotografía más apasionantes y a la vez más difíciles.
Se han escrito ríos de tinta sobre el retrato, y se siguen escribiendo consejos, tutoriales, tips, trucos, etc, con los que mejorar en este apartado fotográfico.
El problema es que la mayoría de los tutoriales y consejos de fotografía que podemos encontrar actualmente en internet se limitan a la parte técnica. Pero para hacer un buen retrato no basta con dominar tu cámara: debes saber expresar toda la complejidad de una persona en una sola fracción de segundo, y eso no es algo que se consiga tan fácilmente.
Hoy en fotoMundos, aparte de pararnos un poco en la parte técnica, te vamos a dar consejos de otra índole para mejorar algo tan apasionante y complicado como es la fotografía de retratos. Ten en cuenta que cuando hablamos de retrato, no sólo estamos hablando de fotografía de moda. El retrato se utiliza en todas las disciplinas de la fotografía: fotografía de viaje, moda, street photography, fotografía conceptual, de bodas, de niños….
La técnica del retrato
Empezando por la parte técnica, ten siempre en cuenta esto:
Retratos con teleobjetivo
Se utiliza sobre todo en fotografía de moda, ya que los teleobjetivos (objetivos con distancia focal mayor de 50mm) no distorsionan las proporciones.
Mira este ejemplo:
La foto de la izquierda está tomada con un 50 mm, y la de la derecha con un 17mm. Observa que el encuadre es prácticamente el mismo, pero las facciones son mucho más grandes en la foto de la derecha.
Retratos con angulares y ojo de pez
Este tipo de objetivos, por lo que hemos dicho anteriormente, es mejor no utilizarlo en fotografía de moda, ya que nos va agrandar todos los elementos que estén más cerca. Eso significa que, por ejemplo, la nariz de la persona va a salir mucho más grande.
Pero si lo utilizamos correctamente, podemos crear efectos muy curiosos. Muy recomendado para mascotas, animales, o si quieres crear un efecto gracioso y original en tus retratos.
Desenfoca el fondo Éste es un recurso muy utilizado en los retratos, ya que un fondo desenfocado aisla al sujeto y evita que la mirada se distraiga con elementos innecesarios.
Para ello, sólo tienes que utilizar una focal larga y un diafragma muy abierto. Como en esta foto, que utilicé un 85mm a 1.8.
Pero cuidado si el desenfoque es extremo
Si la profundidad de campo es sólo de varios milímetros, ten cuidado con el enfoque de los ojos al reencuadrar. Cuando reencuadramos, variamos ligeramente la distancia desde la cámara al punto de enfoque, por lo que si utilizas un diafragma muy abierto, puede que el enfoque se mueva a la nariz o a la oreja, dejando los ojos ligeramente desenfocados….. y eso casi siempre molesta mucho.
Ojos desenfocados y sombrero enfocado
Diafragma en las fotos de grupo
En los retratos de grupo utiliza diafragmas cerrados, o la gente de los extremos te saldrán desenfocados.
Las personas del centro están enfocadas, pero las de los bordes están desenfocadas. En esta foto hemos utilizado un diafragma f1.4
Sé creativo
No te limites a lo de siempre, experimenta con trípode, velocidades bajas, en movimiento, barridos, con grano…
Yendo más allá de la técnica
Pero como decíamos al principio, la técnica es sólo la punta del iceberg. Por mucha técnica que tengas, para que tus retratos sean algo más que fotos correctas, tienes que hacer algo más. Sigue estos consejos y verás como tus retratos cogen mucha más fuerza:
No mires continuamente la cámara
Casi todos los principiantes tienen la manía de mirar la pantalla cada vez que hacen una foto. Si estás en una sesión y tienes la misma luz, no hace falta que compruebes cada foto. Haciendo eso, la persona que tienes enfrente perderá confianza en ti, notará que no eres profesional, creerá que las fotos no están saliendo bien… y ese nerviosismo lo transmitirá a la foto, que no saldrá bien.
Habla Interésate por la persona a la que le haces la foto. Pregúntale cosas, explícale para qué son las fotos, o por qué quieres hacerles fotos precisamente a él/ella. Eso hará que se relaje, que esté cómodo, y de nuevo, eso se refleja en las fotos.
Este consejo toma especial relevancia sobre todo si estás en una sesión. Se lo digo mil veces a mis alumnos: por favor, no te quedes una hora callado, tienes enfrente a una persona, ya sé que estás trabajando y estás concentrado, o eres tímido, o no se te ocurre qué decir, pero si quieres naturalidad tienes que hacer que esa persona esté cómoda, y permaneciendo callado durante dos horas te aseguro que no lo lograrás.
Y si estás haciendo fotografía de viaje, y quieres un retrato natural, espontáneo y con fuerza, no te limites a los robados desde 30 metros. Prueba a hacer fotos después de una pequeña charla en la que le preguntas, al menos, su nombre, y verás como todo cambia como por arte de magia. Te lo aseguro.
En sesiones con modelos, improvisa, pero lleva cosas preparadas Improvisar está muy bien, pero a no ser que tengas años de experiencia en sesiones no vas a poder improvisar durante tanto tiempo.
Sí, ya sé que eres el nuevo Avedon y que no necesitas preparar nada, tu talento natural te basta, pero no hay nada que desanime más a un modelo que un fotógrafo que se queda quieto sin saber qué hacer.
Prepara la sesión unos días antes, busca varias fotos en tu mente que te gustaría hacer, busca en internet, apúntalo todo, y después improvisa si quieres las variaciones de esas poses.
Mira a los ojos
La cámara no es la única que debe enfocar a los ojos. Establece contacto visual con la persona a retratar.
Tampoco hace falta que lo mires durante media hora, pero si no lo miras en ningún momento eso genera desconfianza, y… ¿lo has adivinado? Sí, eso se va a notar en las fotos.
Si no quieres que le hagas fotos, no lo intentes a escondidas
Es su imagen, su vida, y le pertenece a él. Prueba a hablar con esa persona un rato, quizás entonces cambia de opinión. Y si no…. muestra respeto por él y por la profesión de fotógrafo y guarda la cámara.
Evita las poses artificiales Cuando estás haciendo fotografía de viajes y le pides permiso a alguien para hacerle una foto, automáticamente se pone a posar. Un truco para evitar los posados es aguantar sin hacer la foto hasta que se relaje, y entonces disparar. No te preocupes, no aguantará mucho, después de 5 ó 10 segundos empezará a mirar confuso hacia los lados… ese es el momento de disparar.
Sé imaginativo, o busca inspiración en internet
Hay millones de opciones, aparte del retrato de frente mirando a cámara. Busca a los mejores. ¿Sabes que uno de los mejores retratistas del mundo es español? Me refiero a Alberto García – Alix. Busca sus fotos, intenta imitarlas, y verás como poco a poco vas ganando sentido de la composición y confianza, y tus fotos pegan un salto de calidad apreciable.
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Una amiga pintora, Mamen Ramírez, me comentaba hoy que tenía muchos problemas para fotografiar sus cuadros. Quería ponerlos en su web para darse a conocer y venderlos. Por ejemplo, me comentó que el maravilloso cuadro que encabeza este post no es así en realidad. Los colores del cielo son más intensos y algunos colores no son exactamente del mismo tono que el que se ve en la fotografía.
Cuando me dijo que no le salían bien las fotos me extrañó bastante, nunca había pensado que hacer fotos de pinturas o cuadros tuviera mayor dificultad.
Pero en cuanto me empezó a explicar me di cuenta de que había una cuestión que, aunque en realidad no es complicada, sí que hay que tener muy en cuenta.
Su principal problema era que no lograba que los colores saliesen naturales, es decir, que lo que se viera en la foto fuera igual que lo que ella había pintado. En cuanto me dijo esto una bombilla se encendió en mi cabeza y 3 palabras vinieron a mi mente: balance de blancos.
¿Qué es el balance de blancos? ¿En qué afecta a los colores?
El balance de blancos y la temperatura de color son las cosas más complicadas de explicar del mundo, pero al mismo tiempo son muy sencillas de entender. Su dificultad estriba en que nuestros ojos hacen ese ajuste, el balance de blancos, de manera automática, así que casi no nos damos cuenta de que existe.
Como he dicho, explicarlo siempre es muy complicado, intentaré hacerlo lo más fácil posible.
Seguro que has notado que hay luces más naranjas, como las de las bombillas, y luces más azules, como las de los tubos fluorescentes o los LEDs. Si vas por las calles de una ciudad de noche, normalmente las bombillas de las farolas dan una luz muy naranja. Si haces una foto con esta luz, te habrás dado cuenta de que casi siempre sale con un tono muy anaranjado, pero que no es así como nosotros vemos la calle con nuestros ojos.
El motivo es lo que os dije antes: los ojos se ajustan automáticamente al tipo de luz para que los colores sean los más fieles a la realidad. Las cámaras pueden ajustarse también automáticamente, pero no son tan fiables como nuestros ojos, por lo que a veces hay que ajustarlas manualmente.
Ese ajuste es el que llamamos balance de blancos. Se llama así porque se hace apuntando hacia algo blanco, como por ejemplo un folio, y diciéndole a nuestra cámara que ese color es el blanco, que aunque lo vea anaranjado, o azul, en realidad es blanco puro. Cuando le decimos eso a la cámara, ella se ajusta, y….. ¡magia! Ahora la cámara ya ve lo mismo que tus ojos.
¿Y cómo ajusto el balance de blancos en mi cámara?
Pues eso depende de cada cámara. Mira en tu manual como ajustar el balance de blancos, porque en cada una se encuentra en un sitio diferente. Lo que sí suele ser común es que, después de apretar el botón correspondiente, hay que disparar una foto hacia algo blanco y que coja todo el encuadre: una pared, un folio, etc…
En mi nikon D7000, por ejemplo, se pulsa el botón WB hasta ponerlo en PRE, y luego se deja pulsado hasta que la palabra PRE empieza a parpadear. Es entonces cuando tengo que apuntar a una pared o un folio blanco, disparo, y…. ¡magia! Los colores se vuelven reales.
Vale, muy bien, pero…. ¿¿cómo hago fotos a mis cuadros??
Lo del balance es quizás lo más importante, pero no lo único a tener en cuenta. Aquí te dejo algunas recomendaciones más que seguro que te son de utilidad:
Elige el tipo de luz con el que vayas a iluminar tus cuadros a la hora de hacerles fotos, y no las mezcles. Si te gusta más con luz natural, no enciendas además bombillas, y viceversa. Ajustar el balance de blancos con diferentes tipos de luces es muy difícil, y siempre va a dejar una dominante de color. El resultado es que los colores de la foto no van a ser los del cuadro.
También es importante fijarse en los ajustes de la cámara. Todas las cámaras pueden ajustar el tono, la saturación, nitidez, etc… Mi recomendación aquí es que dejes todos los valores en cero.
Tira en RAW, es mucho más fácil de ajustar luego el balance de blancos en Photoshop o Lightroom (o el programa que utilices).
¿Qué objetivo utilizar? Recuerda que los angulares distorsionan la perspectiva, así que utiliza un 70 mm o más.
¿Se te ocurre algún consejo más? No olvides ponerlo en los comentarios.
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¡¡Los Reyes Magos están a la vuelta de la esquina!!
¿Cómo? ¿Que aún te faltan regalos que comprar?
¿¿¿CÓMO??? ¿Que aún no sabes qué regalar?
Bueno, en primer lugar, tranquilízate. Así estamos más de uno….
Todos tenemos a alguien especial a quien queremos regalar algo un poco diferente, que no sea una corbata, un bote de colonia, el último best seller infumable…
Desde mi punto de vista, hay 3 regalos que nunca fallan y que nos aseguran la admiración y envidia de muchos. Bueno, 4, pero aún no tengo pasta para unos Manolo Blahnik. Si tú puedes permitírtelo, deja de leer ahora mismo esto y corre a comprarle unos Manolo Blahnik a tu pareja. ¡¡Corre!! Tu vida sexual dará un cambio brusco y por fin serás ese que soñabas que serías cuando tenías 10 años.
Si eres de los que no se puede permitir gastarse 900 € en unos zapatos, no desesperes porque aún te quedan 3 regalos posibles y originales:
– Una bicicleta.
– Un instrumento musical.
– Fotografía.
Ya sé, regalar una cámara de fotos no es algo muy original, es cierto. Además, ya le regalaste una reflex que te costó una pasta y aún sigue utilizándola en automático, como si fuera una cámara compacta. ¡Pero no! Me refiero a regalarle algo mejor.
¡Un curso de fotografía! Y de los que funcionan, asegurado 100%.
Por fin va a aprender a usar la cámara, se acabaron las fotos borrosas, oscuras, quemadas… eso sí, prepárate para andar sol@ por la calle, esperando que termine de echar esa gran foto que no puede esperar porque ha encontrado la luz justa y el momento perfecto.
El curso se impartirá el sábado 10 de Enero en Sevilla. Quedamos en Plaza de Armas y de allí nos movemos por diferentes localizaciones, viendo los conceptos básicos a la par que se van practicando.
El curso se desarrolla a lo largo del día, 4 horas por la mañana y 4 por la tarde/noche, y se verán los siguientes puntos:
Aprenderás a usar tu cámara en modo manual: aprenderás a usar como arma de expresión la profundidad de campo, sabrás como exponer correctamente, como hacer fotos de noche o con poca luz, conocerás la diferencia entre disparar en RAW o en JPG, congelar la acción o dar sensación de movimiento, o conocer los diferentes modos de disparo de tu cámara.
Contaremos con una modelo que nos acompañará durante 2 horas y con la que podrás practicar todo lo aprendido. Aprenderás como tratar con modelos, qué objetivos son los mejores para moda, algunas posturas básicas…
Aprenderás fotografía nocturna.
Y llega la parte importante: hablemos del vil problema material. ¿Cuánto cuesta?
Depende del número de personas que asistan al curso. Como es un curso de 1 sólo día, los grupos los hacemos muy pequeños, porque si no es imposible que nadie aprenda nada. Y eso es lo más importante. De aquí no se va nadie sin que sepa utilizar la cámara en modo manual.
Por ahora, el 100% de nuestros alumnos lo han conseguido… esperemos que no nos rompas el porcentaje.
Es un día muy intenso, muchas horas, y hay que estar concentrado. Por eso como máximo son 4 alumnos al mismo tiempo los que harán el curso.
Como decíamos, el precio depende del número de personas que lo hagan:
1 persona – 80 €
2 personas – 70 €
3 personas – 60 €
4 personas – 50 €
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Una de las cosas que menos han cambiado en estos últimos 2 siglos han sido los principios de la fotografía.
Sigue siendo lo mismo: un cuarto oscuro en el que entra un rayo de luz y deja una huella. Nosotros podemos cambiar el grosos de ese rayo y el tiempo que está dentro de ese cuarto oscuro.
Ya está. Eso es todo.
Esa es la esencia de la fotografía, y se ha mantenido inmutable desde que se inventó.
Al principio de nacer la fotografía digital la diferencia enter sensores era notable. Merecía la pena gastarse más dinero para hacerte con una cámara con un sensor bueno. Esto se traducía en mejor calidad en las fotos, mayor definición, colores más naturales y menos ruido.
Pero hoy día, debido a los avances tecnológicos, cualquier cámara de gama media tiene un sensor mejor que el de las mejores réflex de hace 8 años.
¿Entonces por qué unas cámaras cuestan mucho más que otras?
El mayor avance tecnológico en la fotografía digital, aparte de la mejora notable en los sensores, ha sido en automatismos y tecnología que nos pueden facilitar algunas labores, pero que en realidad, muchos no les van a sacar provecho.
Por ejemplo: ¿de verdad necesitas que tu cámara dispare 15 fotos por segundo en vez de 3? ¿O que el obturador se pueda sincronizar con el flash a 1/500 en vez de a 1/200? ¿O que tenga una velocidad máxima de diafragma de 1/8000 en vez de 1/2000? ¿De verdad necesitas esos 32 megapíxeles?
Los profesionales de las noticias, la moda, los deportes o la publicidad sí que van a utilizar esas características. De hecho, les van a facilitar su trabajo muchísimo.
Para el resto de los mortales… vais a pagar mucho dinero por características que no vais a utilizar.
No, no es en el cuerpo en lo que tenemos que gastarnos más dinero. Cualquier cámara de gama media va a ser suficiente para el 90% de las personas.
Hay una cosa mucho más importante en fotografía que la cámara:
el objetivo
Y esto lo vas a entender rápidamente usando simplemente la lógica:
La luz, antes de entrar en esa cámara tan cara de 1 millón de euros que te han regalado los Reyes, pasa primero por el objetivo. Si tienes un objetivo de 5€, la luz cuando llegue a tu cámara va a ser una luz de 5€, así que da igual que tu cámara valga 1 millón de euros.
Por eso, no cometas el fallo que cometen muchos principiantes: gastarse todos sus ahorros en una cámara de 3000 € y comprarse un objetivo de 100 €.
Mi recomendación es que te compres una cámara de gama media, gástate no más de 500 €, y cómprate 1 ó 2 objetivos buenos.
Recuerda que las cámaras digitales se quedan obsoletas con rapidez, pero un buen objetivo es para toda la vida.
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Desde que la fotografía digital se ha asentado en nuestras vidas hacemos muchas más fotos que antes. Esto se ha acentuado con los smartphones: ahora cualquiera puede hacer una foto en cualquier sitio y en cualquier momento.
Podemos hacer todas las que queremos gratis, por lo que vamos acumulando gigas y gigas de fotos que la mayoría de las veces no volvemos a ver.
Pero un día… ¡Oh, mierda! El disco duro no se enciende. En 1 segundo se acaba de ir al carajo años de recuerdos.
Seguro que te suena la historia, ¿verdad? Y si no te suena… ¡enhorabuena! Eres una de las pocas personas de la historia de la humanidad que no ha perdido fotos al estropeársele un disco duro.
Y lo mismo pasa con el móvil. Algún día deja de funcionar y es cuando caemos en la cuenta de que deberíamos haber hecho copias de seguridad.
¿Cuál es la solución?
Hay gente que guarda todo en 2 discos duros, y los más precavidos guardan un tercero en casa de un familiar.
Es una buena solución para los que se dedican a la fotografía de manera profesional, ya que no sólo tienes que guardar datos personales, sino que tienes en tus manos fotos de clientes.
No quiero ni imaginar lo que le pasaría a un fotógrafo de bodas que perdiera las fotos de algún cliente antes de dárselas.
A un amigo mío le pasó algo parecido, pero con vídeo. Grabó la boda de su hermano, y antes de que pudiera pasarla al ordenador grabó encima algo. Cuando se dio cuenta estuvo a punto de irse a La India en bicicleta.
Y no es para menos…
Pero si estamos hablando de fotos personales, no hace falta gastarse tanto dinero en disco duros ni quebrarse tanto la cabeza. La solución es mucho más fácil:
¡¡Imprime tus fotos!!
Cada vez lo tenemos más fácil y más barato. Puedes ir a cualquier tienda de fotografía, imprenta, o incluso hacerlo por internet, hay muchas webs de impresión muy baratas y que te llevan las fotos a casa. Siempre ten en cuenta una cosa muy importante: a veces recortamos las fotos, las reencuadramos, y las proporciones cambian. Por ejemplo, con mi cámara la proporción ancho x alto es 2×3. Es decir, podría sacar copias 10×15, 20×30, 13×18, 30×45, etc… Si por algún motivo recortas y cambias las proporciones, el sitio donde las imprimas debe ser lo suficientemente profesional para no recortar la imagen, o peor aún, estirarla y deformarla.
Por ejemplo, una vez llevé a imprimir a una tienda de fotografía una foto que reencuadré a formato cuadrado. Les indiqué que una de las fotos tenía formato cuadrado y que la quería 15×15. Cuando la recogí me dieron una 10×15 con la imagen estirada… Lamentable.
Lo que me dieron
Lo que deberían haberme dado
Mi recomendación es que primero hagas una prueba con pocas fotos, y si te gusta el resultado, mandes todas.
¿Imprimo las 15000 fotos de mi disco duro?
Nooooooo. Rotundamente no. ¿Crees realmente que imprimir tus recuerdos merece que desaparezca la selva amazónica? Haz una selección. Sé duro contigo mismo, no imprimas fotos repetidas (sólo con este consejo vas a descartar la mitad).
Cuando te lleguen las fotos y las tengas en la mano no te vas a arrepentir. Ya casi hemos olvidado eso, ¿verdad? Tocar una foto, palparla. Sentarte con tu familia o amigos alrededor de un cajón lleno de fotos y recordar buenos mementos. Y el olor que deja en ellas el paso del tiempo.
¿Y que haces con el resto de fotos?
Tienes 2 opciones:
Dejarlas en el disco duro, pero ya sin la presión ni preocupación de que si se estropea perderás todo.
Borrarlas. Sí, tal como suena. Borrar todas las descartadas. Así ahorras espacio en el disco duro y, créeme, sentirás un alivio increíble.
No las vas a volver a revisar, nadie lo hace.
Olvídate de ellas, las has descartado. Sales feo, están oscuras, quemadas, no son graciosas… las buenas ya las tienes en papel. ¿Para qué guardar basura?
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Los objetivos de focal fija son aquellos que no tienen zoom. En un principio esto es una desventaja, ya que para acercarte a algo que quieras fotografiar tienes que utilizar tus piernas.
Cuando en 1959 se presentó el primer zoom para una cámara fotográfica SLR de 35mm, la forma de ver la fotografía cambió. Con un giro de muñeca entrabas en un mundo distinto. Impresionante. Para los fotoreporteros y fotógrafos de naturaleza son algo imprescindible.
Entonces… ¿por qué iba a querer alguien volver a los anticuados objetivos fijos?
Nosotros hemos enumerado estas 8 razones:
Son más baratos
La primera razón, y muchas veces la más poderosa. Te va a salir siempre mucho más barato comprarte un 28mm y un 70mm que un zoom 28-70 de iguales características. ¿Por qué? Hay que tener en cuenta una cosa que quizás no sepas: los objetivos zoom son una verdadera obra de arte de precisión e ingeniería, por lo que cuesta mucho dinero fabricarlos. Los objetivos fijos son mucho más fáciles de hacer, por lo que su precio es mucho menor. Por ejemplo, podemos conseguir un objetivo de una calidad extraordinaria por menos de 100 €, el 50mm 1.8.
Tienen más calidad
Dentro de un objetivo hay varios cristales que la luz tiene que atravesar en su recorrido hasta llegar a la cámara. Cada vez que la luz atraviesa uno de esos cristales se refracta, es decir, va a perder un poco de calidad. Por muy bueno que sea el objetivo, por muy buenos que sean los cristales que lleve dentro, siempre se va restando un poco de calidad cada vez que la luz los atraviesa. Un objetivo zoom tiene muchísimos más cristales que un objetivo fijo.
Para que te hagas una idea, el 24-105 f4 tiene 18 elementos. El 50mm 1.8 tiene 6.
Y todo esto se traduce, como ya habrás adivinado, en que cuando la luz llega a la cámara después de atravesar un objetivo fijo, llega mucho menos refractada, es decir, con menos pérdida de definición y calidad. Por supuesto, esto no quiere decir que no hay objetivos zoom de extraordinaria calidad, pero siempre va a costar muchísimo más dinero un zoom de buena calidad que un fijo de buena calidad.
Tienen más luminosidad
Esto está relacionado directamente con los 2 puntos anteriores. Cada vez que la luz atraviesa un cristal no sólo se refracta sino que pierde algo de fuerza. Por muy transparente que un cristal sea, siempre va perdiendo algo, por lo que siempre vamos a poder construir objetivos fijos mucho más luminosos que los zoom. Por ejemplo, 50mm 1.8, 28mm 1.2, 85mm 1.4, etc… Nunca he visto un zoom bajar de f2.8, desconozco si existe algún zoom más luminoso, creo que no, porque para construir un zoom con un número f tan bajo se requeriría una tecnología y un gasto de dinero brutal.
Bueno, ¿y para qué quiero tener más luminosidad? En primer lugar, porque vas a poder afrontar muchas situaciones que se nos presentan en la fotografía de viajes: fotografía en interiores, con poca luz, casas, iglesias, cuando amanece o atardece, street photography de noche, etc….
Y en segundo lugar, al poder abrir más el diafragma vas a poder disminuir la profundidad de campo y utilizarla como elemento compositivo.
La foto que encabeza este post es una muestra de ello. La hice en Sevilla de noche, aprovechando la luz de coches, farolas, luminosos, etc… Utilicé un 85mm 1.8, lo que me proporcionó un bokeh precioso y la posibilidad de no subir mucho el ISO. Si hubiera utilizado un zoom, por ejemplo el típico 70-300 4-5.6, hubiera tenido que subir mucho el ISO para obtener el mismo resultado, con la consiguiente degradación de imagen. Tened en cuenta que de f4 a f1.8 van más de 2 pasos de diafragma, o lo que es lo mismo, con el 85mm 1.8 entra 4 veces más luz. Si utilizamos un zoom de más calidad, por ejemplo un 70-200 2.8, aún estaríamos a más de 1 diafragma de distancia, aparte de que estamos hablando de un objetivo que ronda los 2000 €, frente a los 400-500 € del 85mm 1.8.
Pesan menos
Por todos los motivos anteriormente descritos, ya habrás imaginado que los objetivos de focal fija pesan por normal general mucho menos. Durante un viaje fotográfico se gastan muchas energías: vamos a estar mucho tiempo de un sitio para otro, nos levantamos muy temprano, estamos en un país nuevo, atentos a cualquier detalle…, por lo que llevar el mínimo peso posible es muy de agradecer.
Puedes pasar desapercibido un poco mejor
Ok, hay que ser realistas. Si estás haciendo fotos en Camboya, Camerún o Perú nunca vas a poder pasar desapercibido. Eres un extranjero blanco, grande y gordo haciendo fotos con una super cámara que vale el salario de 2 años en muchos países. Así que olvídate de ser invisible y preocúpate de interactuar con la gente, hablar con ellos, preguntarles por su familia, por sus animales (no es coña), y verás como poco a poco te empiezan a admitir y vas a poder hacer las fotos que tienes en mente. Eso sí, mientras más grande sea tu equipo, más intimidados se van a sentir y más tiempo tardarán en confiar en ti.
Es una señal de profesionalidad
Hay varias señales visuales que hacen que la gente piense que está tratando con un profesional de la fotografía nada más verte, y una de ellas es utilizar objetivos fijos. Sí, ya sé que para ti la imagen que des al exterior no es importante y todo eso… pero seamos realistas: si estás en el mundo de la fotografía, estás en el mundo de la imagen, y cosas como saber coger bien la cámara, el tipo de equipo que llevas o tu actitud frente a escenas fotográficas dicen mucho de ti. Ningún profesional de la fotografía te va a tomar en serio en un principio si te ve con el pisapapeles que te venía con la cámara.
Se te agudiza el sentido de la composición
Lo que en un principio puede parecer el punto débil es, en realidad, su punto más fuerte. Esto es difícil de creer al principio pero muy fácil de comprobar. Cómprate el 50mm 1.8, son menos de 100 €, y sal con él a la calle. Al principio hay que acostumbrarse si no has utilizado nunca un objetivo fijo. Te resultará raro no poder acercar o alejar el zoom. Utiliza tus piernas. Muévete. Verás como tu cerebro empieza a funcionar a toda pastilla, como empiezan a surgirte ideas, nuevos ángulos, etc… El cerebro funciona mucho mejor cuando nos movemos, es algo científico. El estado natural del ser humano es estar en movimiento, no parados, y cuando las piernas se mueven se activan muchos sistemas en nuestro cuerpo que nos ayudan a pensar más rápido y actuar de manera más eficiente. Ahora que lo pienso…quizás sea por eso por lo que no puedo dejar de andar cuando hablo por teléfono….
Se empieza a disfrutar la fotografía de una manera diferente
Una de las frases más usuales de la gente al poco tiempo de empezar a utilizar objetivos fijos es: “Antes no lo utilizaba nunca y ahora no lo quito nunca de la cámara”.
Como el punto anterior, esto es más difícil de explicar que de comprobar. Pruébalo. Hazte con un objetivo fijo y utiliza sólo ese durante un par de días. Quizás una de las razones sea que te obliga a pensar. Y esto, en el mundo actual lleno de automatismos, es todo un reto. Quizás también porque te obliga a acercarte a la gente, a interactuar con ellos, y como ya explicamos en este post, es la esencia de la fotografía de viajes. O quizás sea que vuelve el instinto primitivo de caza, y ya sabéis lo que nos gusta conectar con este tipo de cosas primitivas….
¿Aún no estás convencido? Pues deja de leer esto ahora mismo y pruébalo por ti mismo. Y si se te ocurre alguna otra razón, no olvides comentarla más abajo.
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Fotografiar personas es la esencia de la fotografía de viajes, y una de las cosas que más le cuesta a los iniciados. Por eso son muchos los que, cuando vuelven de viaje, traen de recuerdo una inmensa mayoría de fotos de monumentos y edificios. No es que esté mal hacer esas fotos, ni mucho menos, pero… ¿no te gustaría traerte a casa también este tipo de fotos? ¿Quieres perder el miedo a hacer fotos a la gente cuando estás de viaje?
Niños buscando material reciclable en el basurero Steung Meancheye, Phnom Pehn, Camboya.
Gurú en el templo de Mansa Devi, en Haridwar, La India.
Lo primero que quiero que veas es este vídeo del gran Bruce Gilden, fotógrafo de Magnum. Principalmente trabaja en las calles de Nueva York, donde lleva haciendo fotos sin permiso muchísimos años. Según cuenta, casi nunca ha tenido grandes problemas. Y no sólo no pregunta, sino que les pega un flashazo en la cara a la gente.
Ok, ahora me dirás: “pero eso es Nueva York, allí están acostumbrados, eso lo hago yo en mi pueblo/ciudad y seguro que me pegan”.
Te aseguro que no…. si sabes cómo hacerlo. Atento a estos consejos:
Sé sincero
Un fotógrafo debe ser sincero en todo momento. La cámara no miente (aunque la fotografía es una gran mentira, pero hablaremos de eso en otro momento). Primero, un fotógrafo debe ser sincero con él mismo. Eso es lo más importante. Posiciónate. ¿Eres un creador de imágenes o un roba imágenes? Si tienes claro lo que eres, tendrás la seguridad de que no estás haciendo nada malo. Y cuando tienes esa seguridad, empiezas a perder tu miedo. Y en segundo lugar, un fotógrafo debe ser sincero con las personas a las que les vamos a hacer fotos, ya sea fotografía de moda, street photography, de viajes…. ¿Para qué vas a utilizar esas imágenes? ¿Para algo malo? No, ¿verdad? Entonces… ¿por qué crees que se va a enfadar alguien si les haces una foto? Al igual que antes, si tienes eso claro tu confianza aumentará, con lo tu miedo disminuirá. Al fin y al cabo, lo que tenemos entre las manos es una cámara de fotos, no una pistola.
Acércate
Este consejo parece ilógico, ¿no? Lo más instintivo sería ponerse lo más lejos posible, con un teleobjetivo, y así nadie se dará cuenta de que les hacemos fotos.
Bueno, el primer fallo de este planteamiento es pensar que las personas son pájaros o animales salvajes. Los fotógrafos de Naturaleza deben usar esos objetivos porque no les queda más remedio, los leones se los comerían y los pájaros saldrían volando. Afortunadamente, poca gente reacciona así….
El segundo error de este planteamiento es que la gente no es tonta, y algunos se van a dar cuenta de que hay alguien apuntándolos con un super zoom. Y eso sí que mosquea.
Por lo tanto, lo que te propongo es todo lo contrario. Utiliza un angular, un 35mm por ejemplo (en full frame), o incluso menos. Acércate a esa persona tan interesante. ¿Ya? Muy bien…. ¿y ahora qué hago? Sigue leyendo.
Muévete despacio
Actúa con naturalidad. Recuérdalo siempre, eres un fotógrafo, estás haciendo fotos. Lo que tienes en tus manos es una cámara de fotos. No es un rifle, un instrumento de tortura, etc… Por lo tanto, no estás haciendo nada malo.
Y para enfatizar todo eso, para que no se vea que estás haciendo fotos con algún fin maquiavélico, muévete despacio. Eso tiene un efecto muy curioso en el ser humano: nos hace confiar en la gente. Supongo que será algo instintivo, cuestión de supervivencia o algo así, no lo sé… Si te mueves rápido y a trompicones, tendrá el efecto contrario, inspirarás desconfianza.
Contacto visual
Mira a los ojos, por favor. Nunca me canso de pedirle esto a mis alumnos cuando estamos en algún viaje fotográfico. De nuevo, es un mecanismo que genera confianza. Recuerda que estás invadiendo el espacio de una persona, interrumpiendo lo que hace, quitándole intimidad. Lo menos que puedes hacer es mirarle a los ojos y demostrarle así tus respetos. Tampoco hace falta mucho más. No tienes que pagarle o darle las gracias durante 10 minutos.
¿Pedir permiso o no pedir permiso?
La gran cuestión. Están las dos opciones, y las dos son válidas. Cada una te dará un tipo de fotografía, y te servirá para situaciones diferentes que quieras capturar.
Si no tienes mucha práctica, te aconsejo que empieces pidiendo permiso. Como hemos dicho anteriormente, si te acercas con sinceridad y sin nada que esconder, muy poca gente te va a decir que no. Da igual que estés en Asia, África, o en tu pueblo. Créeme, muy poca gente me ha dicho que no cuando le he pedido permiso para hacerle una foto.
Por supuesto, es muy importante que seas respetuoso, y si has decidido pedir permiso a alguien y te ha dicho que no, no hacerle la foto. Bajo ningún concepto. No es que no. He visto a muchos fotógrafos que se toman un NO como un reto, que se esconden para hacer esa foto que no les dejan hacer, quizás pensando que va a ser la foto de su vida. Olvídalo, no es la foto de tu vida. Eso no existe. Una vez que te han dicho que no, para mí se ha perdido la magia y paso rápidamente a otro objetivo.
¿Y qué pasa si decido no pedir permiso? ¿Cómo lo hago? ¿De verdad puedo hacer una foto de cerca sin pedir permiso y que no me peguen o insulten?
Te aseguro que sí. De hecho, yo casi nunca pido permiso.
Te propongo un ejercicio: sal a la calle con tu cámara, ponle un angular, acércate a alguien que te parezca interesante, y ponte a hacer fotos a tu alrededor, sin hacerle fotos a esa persona. A la acera, a las flores, al cielo, a lo que sea. Al principio esa persona te mirará curiosa. Después de un rato dejará de mirarte, y en ese momento te pones frente a él, moviéndote despacio, y disparas. Después sigue disparando, a algún edificio, a una farola, etc….
Pruébalo y pruébate, y verás como no pasa absolutamente nada. Hazlo con muchas personas diferentes. Quizás alguien se moleste, alguno que otro se levante y se vaya, pero la mayoría no dirá nada, o te preguntará y querrá ver la foto. Eso nos lleva al siguiente punto.
Interactúa, sé curioso, interésate por la gente
Ésta es la esencia de la fotografía de viajes: la curiosidad. Si no eres curioso, nunca serás un buen fotógrafo de viajes. ¿Por qué le haces la foto a ese tipo? Porque te parece interesante, ¿verdad? Exacto, porque de alguna u otra manera te interesa. Pero la fotografía muchas veces no debería quedarse en una simple imagen anónima. Con la fotografía de viajes tenemos que contar historias. Las nuestras y las de las personas que fotografiamos.
Por eso, acércate a esa persona y pregúntale. Respóndele con sinceridad. Explícale lo que estás haciendo, lo que quieres hacer, el porqué le has hecho una foto o se la quieres hacer, porqué te ha parecido interesante. El porqué has recorrido miles de kilómetros para visitar su país y su pueblo.
Ya verás como la mayoría de la gente reacciona de una manera muy positiva.
De hecho, lo más normal es que en países muy hospitalarios este inicio de conversación pueda llevarte a invitaciones que te darán la posibilidad de hacer fotos mucho más íntimas y potentes. Interesándome por la gente he podido hacer fotos en bodas, en casas de locales, me han invitado a comer la comida real de ese país, he podido conocer a su familia, amigos, me he ido de fiesta con ellos, etc… En definitiva, he tenido experiencias muy auténticas que son difíciles de conseguir, por ejemplo, en un viaje organizado. Muchas veces la fotografía puede convertirse en un medio para conocer gente y hacer amigos allá donde vayas.
Prepara tu equipo antes
Una cosa es hacerle una foto a una persona, y otra muy distinta es robarle su tiempo y colmar su paciencia. No hay nada que corte más la magia del momento que un fotógrafo tocando botones y ajustando parámetros delante de alguien que ha dejado que invada su espacio personal.
La luz tienes que medirla antes. Haz un par de tiros de prueba a su alrededor. Sé rápido, y no te cebes. ¿De verdad necesitas 12 fotos de esa persona?
¡Y olvida el modo ráfaga! Te lo recuerdo otra vez: llevas una cámara de fotos, no una metralleta.
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Última entrega de la trilogía de las estrellas. En el primer post te hablamos de cómo hacer fotos de la Súper Luna, en la segunda parte te desvelamos los secretos para fotografiar la Vía Láctea, y hoy te vamos a contar cómo hacer espectaculares Star Trails. Comenzamos:
¿Qué son Star Trails?
Literalmente significa “rastro de las estrellas”, ya que con esta técnica vamos a conseguir capturar el aparente movimiento de las estrellas en el firmamento. En realidad, como hemos explicado en otras ocasiones, es la Tierra la que gira sobre su eje, creando ese efecto visual.
Material necesario
Este tipo de fotografías son más fáciles de conseguir de lo que parecen, tan sólo necesitaremos un trípode y un intervalómetro. Éste último no es obligatorio pero sí muy recomendable, después explicaremos por qué. En ebay se encuentran desde 15 €. Mira aquí.
Y por supuesto, lo principal: mucha paciencia y algo de práctica.
Localización
Para este tipo de fotografías, la mejor situación será una noche de luna nueva, o una hora donde la luna ya no esté presente. Para orientarnos con la luna tenemos varias aplicaciones que te dicen con exactitud cuando sale y se esconde la luna: Fases de la Luna, Lúan, Fase Lunar, etc…
Lo segundo que tenemos que tener en cuenta es buscar un sitio apartado de contaminación lumínica. Aquí tienes un mapa que te puede servir para localizar los puntos más oscuros de nuestra península. Y por supuesto, lo ideal es hacer este tipo de fotografías en sitios alejados de la civilización: desiertos, montañas, etc, como en nuestros viajes fotográficos a los Campamentos Saharauis o a Nepal.
Una cosa que tenemos que tener clara es que en el hemisferio norte todas las estrellas giran en torno a la estrella polar, la estrella que señala el norte, por lo que nuestro primer objetivo será saber donde está la estrella polar. Hay varias formas de averiguarlo:
Lo más fácil, con una brújula. Donde señala el norte, podemos tirar una foto de prueba, de un par de minutos, y veremos como todas las estrellas giran en torno a una. Esa es la estrella polar.
El sol se oculta por el oeste, por lo que podremos saber donde está el norte, y obrar de la misma forma que en el punto anterior.
También se puede localizar la estrella polar a través de la Osa Mayor. Para encontrar la Osa Mayor, hay que tener en cuenta que está formada por 7 estrellas dispuestas en su inconfundible forma de cazo, o de carrito de supermercado. Es fácil de localizar, ya que es más grande y se encuentra más centrada. Una vez localizada esta constelación, hay que considerar la distancia entre las estrellas Merak y Dubhe, que son las que forman parte del cuadrado tan característico de la Osa Mayor. Si se multiplica esta distancia por 5, se podrá encontrar la cola de la Osa Menor, donde se encuentra la estrella polar.
Parámetros
En este tipo de fotografías no vamos a necesitar utilizar ISOs altos, ya que se trata de abrir el obturador mucho tiempo para que se capte el movimiento estelar, por lo que lo mejor es bajar el ISO al mínimo de nuestra cámara.
¿Cuánto tiempo es necesario? La primera opción sería dejar abierto el obturador el tiempo que haga falta, según el arco de circunferencia que queramos abarcar. Mientras más tiempo, más circunferencia capturamos. Ésta primera opción no es mala, pero hay que tener en cuenta una cosa: los sensores digitales se calientan muchísimo y aparece ruido. Por encima de 20-30 minutos el ruido puede llegar a ser horrible.
Pero si tienes el obturador abierto durante sólo 20 minutos, no conseguirás capturar una circunferencia entera. ¿Hay alguna solución? Sí, pasa al siguiente punto.
Software de apilamiento
Existen varios, como ImageStacker, DeepSkyStacker, o StarTrails. La idea es hacer varios disparos sin sobrecalentar el sensor demasiado (por ejemplo 5 minutos), y luego unirlos con uno de estos programas, que te dará como resultado una única foto. Es como si hubieras hecho una sola foto con un tiempo de exposición de 2 horas (por ejemplo), pero sin la desventaja del enorme ruido que tendrías.
Algunos de ellos incluso te permite hacer un Time Lapse con las fotos que hayas hecho. ¡Maravilloso!
Y es en este punto donde finalmente el intervalómetro sí que se nos hace crucial, ya que con este aparato podemos programar el número de disparos, la duración de cada uno, y pausas entre ellos.
A modo general, sería conveniente programar los disparos suficientes para que en total se esté disparando durante unas 2 horas, disparos de por ejemplo 2 minutos, y no dar una pausa mayor de 5 segundos entre disparo y disparo (ya que se verían huecos en la traza).
¿Y qué pasa con el diafragma?
No vamos a darle muchas vueltas a esto. Lo mejor es que lo pruebes tú mismo y veas la diferencia: con los diafragmas más abiertos veremos más trazas de estrellas. Esto lo podremos utilizar como queramos, dependiendo de cada foto. Habrá momentos en los que quedará mejor muchas trazas, y habrá momentos en los que queramos que aparezcan menos.
¿Hay que disparar siempre al norte?
Evidentemente, no.
Si apuntamos hacia el Este o el Oeste, veremos como las trazas pierden curvatura y tienden a ponerse rectas. Esto nos permite apreciar claramente qué estrellas se encuentran en el hemisferio celeste norte y cuales en el sur. Y si disparamos hacia el sur, veremos como las trazas se curvan hacia abajo, como un arcoiris de estrellas. Como puedes imaginar, esto nos da miles de posibilidades compositivas y creativas. ¿A qué esperas para probarlo?
Algunos ejemplos
Navegando por la web podremos encontrar verdaderas obras de arte, como las que te ponemos a continuación:
Assiniboine Star Light, by Jeff P
Combestone Trail, by taylorri40
Trona star stack, by Dan Eckert
Y llegamos al final de esta trilogía de las estrellas. Espero que hayas disfrutado y aprendido mucho. Estamos deseando de ver tus resultados, no dudes en ponerlos en los comentarios, más abajo.
Nos hemos dejado muchas cosas en el tintero porque la fotografía nocturna es muy muy extensa y tiene muchos detalles que la hacen apasionante. En cualquier caso, estaré encantado de responder tus preguntas ahí abajo, en los comentarios.
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Seguimos con la trilogía de las estrellas. En el primer post te hablamos de cómo hacer fotos de la Súper Luna, y hoy te vamos a desvelar los secretos para hacer uno de los tipos de fotografía más espectaculares: Fotografíar la Vía Láctea. Comenzamos:
La Vía Láctea
La Vía Láctea es una galaxia, es decir, un conjunto de estrellas y planetas unidos entre ellos por la gravedad. Además, tiene la particularidad de que es nuestra galaxia, es decir, la Tierra es uno de sus planetas. El nombre Vía Láctea proviene de la mitología griega y en latín significa camino de leche. Esa es, en efecto, la apariencia de la banda de luz que rodea el firmamento, y así lo afirma la mitología griega, explicando que se trata de leche derramada del pecho de la diosa Hera, (Juno para los romanos).
Localización
En primer lugar, lo primero que tenemos que tener en cuenta es que mientras más luz tengamos, más difícil será ver y fotografiar la vía láctea. Por lo tanto, habrá que minimizar las dos fuentes de luz posibles: la luna y la contaminación lumínica.
Por una parte, la luz de la luna es fácil de minimizar, simplemente saliendo a fotografiar las noches de luna nueva o cuarto creciente o menguante. Además, hay muchas apps que te dicen con exactitud cuando sale y se esconde la luna: Fases de la Luna, Lúan, Fase Lunar, etc…
Lo segundo que tenemos que tener en cuenta es buscar un sitio apartado de contaminación lumínica. Aquí tienes un mapa que te puede servir para localizar los puntos más oscuros de nuestra península. Y por supuesto, lo ideal es hacer este tipo de fotografías en sitios alejados de la civilización: desiertos, montañas, etc, como en nuestros viajes fotográficos a los Campamentos Saharauis o a Nepal.
Una vez que estemos en el sitio, hay que tener en cuenta que la parte más luminosa de la Vía Láctea es alrededor de la constelación de Sagitario. Para saber donde se encuentra, disponemos de muchas aplicaciones, como por ejemplo Sky Map, Mapa Estelar, Mapa estelar (iphone), ….
La longitud focal
En este caso lo ideal es contar con un gran angular o incluso un ojo de pez, ya que lo más interesante suele ser fotografiar no sólo la vía láctea, sino también buena parte del cielo que la rodea y parte también de la tierra, para poder situarla mejor. Si encuadramos sólo el cielo puede que la foto no quede tan espectacular, ya que perdemos un poco la ubicación. En cualquier caso, esto siempre es discutible y depende mucho de los gustos del fotógrafo. Te recomiendo que pruebes todas las opciones y poco a poco irás eligiendo el estilo que más se adecua a ti.
Velocidad de obturación
Hay que tener claro que al igual que explicábamos en el post anterior, el movimiento de la Tierra hace parecer que las estrellas se mueven, por lo que no podremos utilizar exposiciones demasiado largas. ¿Pero cuál es el tiempo máximo que debo poner en mi cámara para que la Vía Láctea no salga borrosa?
El tiempo en segundos lo sacamos de dividir 400/la longitud focal, ó 600/longitud focal (si la cámara es full frame). Por ejemplo, si tienes una Nikon D7000 y un 17mm, sería de 400/17=24 segundos. Ese sería el tiempo máximo que podrías dejar abierto el obturador antes de que se empiece a ver el movimiento de las estrellas. Si tienes una Canon 5d con un 20mm, el tiempo máximo sería 600/20= 30 segundos.
ISO y diafragma
Como no vamos a poder disponer de tiempo suficiente para exponer, tendremos que tirar de los 2 parámetros que nos quedan: sensibilidad y diafragma.
Mientras más subamos el ISO, más ruido tendremos, por lo que se trata de abrir al máximo el diafragma y subir después el ISO lo que sea necesario. Hay que tener en cuenta un par de cosas al respecto:
Todo objetivo tiene su punto dulce, es decir, un diafragma con el cual el objetivo tiene su mayor grado de nitidez y resolución. Suele ser un par de puntos por encima de su apertura máxima. Es decir, que si tienes un objetivo que puede abrir a f1.4, dará mucha más calidad en f4.
El grado de ruido y degradación de la imagen debido al ISO depende de cada cámara, por lo que tendremos que conocer muy bien nuestro equipo y ser capaces de decidir hasta donde abrir el diafragma y hasta donde subir el ISO.
Quizás nuestra cámara responda muy bien a ISOs altos y no nos merezca la pena abrir tanto el diafragma, o al revés.
Enfoque
En la fotografía de paisajes es muy recomendable usar la hiperfocal para enfocar, en lugar de enfocar al infinito. Además, en el caso de que no haya luna vamos a tener muy complicado enfocar a las estrellas. La hiperfocal es una distancia que viene determinada por el tipo de cámara, la distancia focal del objetivo y el diafragma utilizado. Si enfocamos a ese punto, se verá nítido desde la mitad de esa distancia hasta el infinito, de modo que obtendremos la mayor profundidad de campo posible. ¿Un poco lioso? Mira este ejemplo: Imagínate que tienes una distancia hiperfocal de 6 metros. Si enfocas un objeto que esté situado a 6 metros, te saldrá enfocado todo lo que esté entre 3 metros y el infinito. ¿Ahora lo entiendes?
Por lo tanto, tan sólo tenemos que calcular esa distancia hiperfocal. Para ellos existen tablas, que puedes imprimir y llevártelas, o mejor aún, hay muchas aplicaciones para móviles como Set My Camera, DOF Calculator, etc…
También existe una calculadora online a la que puedes echar un ojo aquí. Tan sólo tienes que poner el modelo de tu cámara, la distancia focal de tu objetivo y el diafragma que vas a utilizar. La distancia hiperfocal aparece entonces a la derecha. Por ejemplo, para una Canon 60D y un objetivo de 17mm a f4, la distancia hiperfocal será de 3’82 m. Eso quiere decir que si enfocamos un punto que esté a 3’82 metros, vamos a tener enfocado todo lo que esté entre 1’90 metros hasta el infinito.
¿Ves ahora lo útil que puede llegar a ser? En cuanto entiendas y empieces a utilizar la hiperfocal, vas a ver un aumento de calidad en tus fotos de paisajes, tenlo seguro.
Encuadrar
Uno de los problemas que nos vamos a encontrar es que va a ser muy complicado ver algo por el visor, por lo que tendremos que tirar varias fotos de prueba. Para no tener que esperar 15 ó 20 segundos por cada toma, subiremos el ISO al máximo y pondremos una velocidad de 1 ó 2 segundos, y así podremos corregir la composición. Esas fotos saldrán con un ruido horrible, pero sólo sirven para referencia, obviamente.
Resumiendo
Elige una zona libre de contaminación lumínica.
Planta tu cámara en tu trípode.
Sitúa la Vía Láctea y la constelación de Sagitario.
Elige tu objetivo y tu diafragma, utiliza la hiperfocal para enfocar.
Haz un par de pruebas de encuadre, por ejemplo con valores de ISO 6400, 1 segundo (los valores dependen de la cantidad de luz que haya, ve probando sobre estos parámetros).
Corrige encuadre.
Según el objetivo que estés utilizando, elige una velocidad de obturación adecuada.
Según la velocidad de obturación, elige un ISO adecuado.
¡A disparar!
Como referencia, la foto que encabeza este artículo está tirada a 17 mm, f2.8, 20 segundos.
Hasta aquí llega la segunda parte de esta trilogía de las estrellas. Nos hemos dejado muchas cosas en el tintero porque la fotografía nocturna es muy muy extensa y tiene muchos detalles que la hacen apasionante. En cualquier caso, estaré encantado de responder tus preguntas ahí abajo, en los comentarios.
En el siguiente artículo hablaremos de cómo hacer Star Trails que dejarán a todo el mundo con la boca abierta.
Comparte este artículo si crees que estos consejos para fotografiar la vía láctea pueden serle útiles a otr@s. ¡Gracias por leernos!
Llevamos un mes mirando al cielo por la noche, ¿verdad? En la tele no hacen más que hablar de estrellas, Perseidas, super luna, lluvia de estrellas, lágrimas de San Lorenzo, etc, etc…
Indudablemente es la época ideal para perderse por las noches y disfrutar de nuestros cielos. Pero, ¿sabes sacarle provecho fotográfico a todo esto?
Desde fotomundos te vamos a explicar como sacar impresionantes fotos y te vamos a aclarar algunas dudas. Manos a la obra:
Para empezar
Lo primero, siempre es preguntarnos qué fotos queremos hacer. La fotografía nocturna tiene millones de posibilidades, a cual más interesante: fotos de la luna, fotos de la vía láctea, fotografía de paisajes, mezclar luz de flash para iluminar objetos, utilizar lana de acero, star trails, time lapses…. Cada modalidad requiere de un equipo y una técnica determinada, y depende mucho de las condiciones con las que contemos la noche que vayamos a salir.
Nosotros nos vamos a centrar en 3 tipos de fotografía: cómo fotografiar la super luna, cómo fotografiar la vía láctea, y cómo conseguir impactantes star trails; y para no hacerlo muy largo vamos a dividirlo en 3 posts.
En éste primero, te enseñaremos a hacerle fotos a la Super Luna.
La Super Luna
Éste fenómeno ocurre cuando nuestro satélite se encuentra en el punto más cercano a la Tierra, y esto hace que el su tamaño aparente sea un 16% más grande y que su brillo sea un 30% más alto.
Por lo tanto, son las condiciones óptimas para conseguir buenas fotos. Los parámetros a tener en cuenta son:
La longitud focal: mientras mayor longitud focal, mayor detalle podremos sacar. Es conviente disparar a partir de 200mm, lo cual nos obligará a usar trípode para evitar trepidaciones. Por supuesto, no es aconsejable usar objetivos con gran longitud focal pero con poca calidad o definición, ya que lo que ganas con una cosa lo pierdes con la otra. Por el mismo motivo hay que usar con precaución duplicadores de focal.
Una de las opciones más baratas, fáciles y potentes es conectar tu cámara al visor de un telescopio mediante un anillo adaptador. Eso sí, necesitas tener un telescopio. Pero si lo tienes o te pueden dejar alguno, no creas que estamos hablando de algo muy complicado. Simplemente necesitas un anillo adaptador que puedes comprar en ebay por poco dinero, como éste.
Modo de exposición: usaremos el modo puntual, ya que lo que nos interesa exponer bien es la Luna, y nos da igual como salga el cielo a su alrededor.
Velocidad de obturación: hay que tener claro que la Luna se mueve en el cielo (aunque en realidad es la Tierra la que se mueve), por lo que no podremos utilizar exposiciones largas. Éste es uno de los errores que más a menudo se cometen, ya que al estar usando un trípode y ser de noche tendemos instintivamente a usar velocidades lentas.
Otra cosa a tener en cuenta es que a mayor longitud focal, mayor será la sensación de movimiento de la Luna, por lo que muchas veces no podremos bajar de 1/125. Esto a veces es difícil de entender, te aconsejo que lo pruebes. Haz una foto con un angular y una velocidad de 1 segundo, y haz una foto con un teleobjetivo a la misma velocidad, y verás como en la segunda foto la Luna ha dejado más estela.
Por lo tanto, la velocidad de obturación será nuestro parámetro primario en el cálculo de la exposición, ya que es primordial que la Luna salga congelada.
Diafragma: éste será nuestro parámetro secundario a tener en cuenta para la exposición, y dependerá de la obturación que hayamos elegido para que la Luna no salga movida.
Enfoque: evidentemente, la Luna está muy muy lejos, por lo que tendremos que enfocar a infinito. No os comáis la cabeza con la hiperfocal si no van a aparecer más elementos en vuestras fotos, además de la luna. Simplemente enfocadla en automático, pasad a enfoque manual, y no lo toquéis más. Si lo dejáis en automático, tendréis que enfocar cada vez que hagáis una foto.
En resumen
Resumiendo: montad vuestra cámara en un trípode, usad el teleobjetivo más largo del que dispongáis, enfocad a la Luna en automático, poned el enfoque en manual y no movedlo más, seleccionar una velocidad cómoda, por ejemplo 1/125, y ajustad el diafragma para que la exposición sea correcta (en puntual).
Espero que con esto tengas ya claro como sacar fotos a la Luna que dejen boquiabierto a todo el mundo. Nos encantaría que nos dejaras en los comentarios tus fotos después de haber seguido estos consejos, y por supuesto si tienes alguna pregunta, no seas tímid@, déjala en los comentarios y te la resolveremos.
En la siguiente entrega hablaremos de cómo cazar a la siempre esquiva Vía Láctea. Te aconsejamos que te suscribas a nuestra web y serás el primero en enterarte de todo.