Este es Razoo.
Lo conocí en Kathmandu, junto con el grupo con el que viajaba en ese momento, en Noviembre del 2016.
En 2015 hubo un terremoto devastador en Nepal, y mucha gente perdió sus casas
En Kathmandu se formó un campamento de chabolas cerca del barrio budista de Bouddanath, uno de los sitios donde nos alojamos un par de noches.
Así que un día fuimos para allá, y conocimos a Razoo. Nos hizo de guía en el campamento, nos invitó a su “casa”, y nos contó su historia.
Razoo y su familia perdieron su casa en el terremoto, pero además su sobrina, Ayusi, de 7 años, sufrió heridas muy graves en la cabeza durante el terremoto.
Tras más de 1 año en el hospital, luchando por su vida, finalmente Ayusi murió.
Razoo me enseñó fotos de ella, y me comentó que la quería mucho, que habían pasado mucho tiempo juntos, jugando, él le había enseñado los números, canciones, y le contaba cuentos para que se quedara dormida.
Ahora se sentía muy triste y bebía bastante.
En esta foto posaba para mí en su chabola, orgulloso. Al fondo, aunque no se ve en la foto, estaba el padre acostado, era alcohólico.
Invitamos a Razoo a almorzar al día siguiente.
Apareció vestido con una camisa.
Y aunque la camisa estaba raída y desgastada, y llevaba puesto los mismos vaqueros sucios y rotos, nos impresionó el ver como se había puesto la que seguramente era su mejor ropa.
No sé muy bien por qué, pero ese detalle de la camisa me conmovió profundamente, y aún hoy lo hace cuando lo recuerdo.
¿Sabes lo que pidió para comer? Arroz.
Le dijimos que si no estaba harto de comer lo mismo, que pidiera otra cosa.
Su comida favorita, o algo que siempre hubiese querido probar…. no sé, no lo mismo de siempre.
Creo que al final, después de insistirle, pidió una pizza…. pero después de un par de trozos volvió al arroz, no le gustó demasiado.
Dos o tres meses después de esa comida, desmantelaron el campamento.
Yo sigo volviendo a Nepal cada año. Y ahora te doy la oportunidad de venirte conmigo y enseñarte todo lo que he vivido en todos estos años, a toda la gente que he conocido, los vínculos que he ido creando.
Desafortunadamente no podré presentarte a mi amigo Razoo, porque nunca más supe de él.
No tenía móvil, ni whatsapp, ni facebook… ni siquiera tenía casa.
No podrás conocer a Razoo, pero seguramente vivas experiencias que calarán en tu corazón y te lleves contigo para siempre.