Mi primera vez

La primera vez que pisé Asia tenía 30 años.

Iba con mi amigo Jose, y acabábamos de dejar nuestros trabajos. 

Nuestro primer destino fue Tailandia. Después descubriríamos Camboya, Laos, Vietnam….

Nada más llegar a Bangkok, aún en el aeropuerto, nos cruzamos con una chica preciosa que nos sonrió. 

Nos miramos entre nosotros, con una sonrisa de oreja a oreja. ¡Eso no nos pasaba en Sevilla!

En ese momento supimos que habíamos hecho la elección correcta…



No, no queríamos ser la mejor versión de nosotros mismos. Tampoco queríamos encontrarnos a nosotros mismos, ni salir de nuestra zona de confort. No queríamos ser ricos ni famosos, ni crear una startup, ni descubrir un lugar jamás pisado por el hombre occidental.

Nosotros somos gente humilde y con gusto sencillos. No albergamos sueños tan complejos. 

Simplemente queríamos dejar un trabajo que no nos llenaba e intentar algo que teníamos en la cabeza desde hacía un tiempo. 

Queríamos probar si podíamos ser fotógrafo y escritor. Los dos juntos. La hostia en verso, trabajar en tu profesión soñada con tu mejor amigo, recorriendo el mundo.

Dime si no suena bien, amigo lector. De hecho, aunque no lo consiguiéramos, iba a ser una experiencia increíble: Viajar con tu mejor amigo durante varios meses con un sueño en común.

Si no probábamos, nos arrepentiríamos toda la vida. 



Así que allí estábamos, aún no habíamos salido del aeropuerto y ya nos había sonreído una preciosa Thai. ¡En Asia éramos guapos!

Pero…. unos metros más adelante, nos cruzamos con un viejecito que también nos sonrió. 

Dos metros más allá, también nos sonrió un policía. Y el cartero. Y los perros y los gatos.

No…. no éramos más guapos que en España. 

El país de las sonrisas. Es la jodida verdad. 

¿Ves como somos personas de gustos sencillos? 

Tailandia nos enamoró desde el principio por ese pequeño detalle: las sonrisas de la gente.

Pero claro, eso solo era el principio. Luego acabaríamos rendidos a sus pies por millones de cosas más: sus playas, sus paisajes, sus selvas, sus precios, su tranquilidad, su forma de vida, su clima, sus islas, su gente, su ……

Joder, vaya puto paraíso. Normal que millones de extranjeros quieran vivir aquí cada día.

Y normal que estuviera tan masificado hasta la pandemia. No cabía un alfiler. 

Y todo lo que el turismo en masa conlleva: corales muertos, aguas contaminadas, tailandeses sin sonrisa… El paraíso se había convertido en un país más.

Lo bueno que trajo el maldito virus es que vació Tailandia bastante. 

Ahora es un buen momento para disfrutar del paraíso. Corales recuperados, aguas cristalinas de nuevo, muchos menos turistas… y los Tailandeses vuelven a sonreír.

Click aquí para venirte conmigo

Lo malo: No creo que esto dure mucho. 

No creo que yo siga haciendo este viaje durante mucho tiempo. En cuanto la sonrisa vuelva a desaparecer, en cuanto vea más rubios que ojos achinados, este viaje fotográfico desaparecerá. 

No creo que llegue vivo a 2025…. todo el mundo quiere vivir en el paraíso.

No te preocupes, podrás seguir haciendo este viaje por tu cuenta, Tailandia es un país perfecto para viajar por tu cuenta: es muy seguro, son muy hospitalarios, y todo está muy bien comunicado. Y hay millones de webs donde encontrar información.

O también podrás viajar con otras compañías. Hay miles, y seguro que muy buenas. 

Pero viajar conmigo… sinceramente no sé hasta cuando. Ya veremos.


En fin… sólo hago 2 viajes al año a Tailandia. El siguiente será en Diciembre.

Si eres capaz de convivir con gente durante 13 días sin que te odien, click aquí:

La newsletter de fotoMundos
No hay comentarios todavía. Publica el primero!

Deja un comentario

En contacto