La verdad sobre el autostop
Hacía mucho tiempo que quería viajar haciendo autostop, o hitchhiking.
Había leído mucho sobre el tema, había conocido a varias personas que lo habían probado, y siempre había escuchado maravillas.
Más allá de moverte sin tener que pagar nada, los defensores del autostop o hitchhicking , alaban la flexibilidad y libertad que te da esta manera de viajar. Hablan de un viaje mucho más real, con la incertidumbre propia de la vida, y con la posibilidad de conocer a mucha gente interesante.
Me gusta experimentar conmigo mismo, así que hace unas semanas decidí hacer autostop e intentar disfrutar de todas estas vivencias.
Mi idea era llegar de Baden Baden (Alemania) a Praga (República Checa) haciendo autostop. Unos 600 kilómetros separan una ciudad de otra.
«No es mucho, está bien para empezar», me dije. Además, en Alemania teóricamente es mucho más fácil que te paren que en España.
Preparación: Consejos para hacer autostop
Hay muchísimas webs donde dan consejos muy interesantes, casi siempre son los mismos:
- Vestirse de la mejor manera posible.
- Sonreír.
- No utilizar gafas negras ni gorros, ni nada que nos tape la cara.
- Elegir un sitio donde los vehículos no vayan muy rápido y tengan sitio para parar.
- Utilizar un cartel normalmente es mejor que poner simplemente el dedo.
La primera web donde debes mirar es Hitchwiki. Allí tienes mapas, consejos y vivencias en primera persona. Básicamente, entre otras cosas, en esta web puedes localizar los mejores puntos para hacer autostop. La gente que ha estado en algún sitio puede escribir el tiempo que han tardado en que alguien pare, y tú también puedes colaborar haciendo lo mismo.
Lo mejor es que te bajes la aplicación para el móvil, y así puedes mirar en cualquier momento el mapa, y ver los sitios más cercanos donde es más probable que la gente pare.
Yo me bajé no solo la app de esta web, me bajé 2 más (que básicamente eran igual, pero me vino bien porque de vez en cuando una funcionaba mejor que otra).
Y me preparé a conciencia: leí mucha información en la red, pregunté a un par de amigos que habían utilizado esta manera de preguntar, y me propuse seguir todas las recomendaciones. Si había que afeitarse y vestirse bien para dar buena imagen, lo haría.
Práctica: La dura realidad del autostop
Después de vestirme con camisa, afeitarme y ensayar mi mejor sonrisa delante del espejo, cogí mi mochila y me fui al aeropuerto de Sevilla. En un rato estaba en Baden Baden.
Por cierto, la elección de esta ciudad, y no otra, fue puramente monetaria: vi un vuelo de Sevilla a Baden Baden por 15 €.
Una vez que estaba en territorio alemán, nada más salir del aeropuerto, saqué el dedo y esperé.
Al principio me pararon bastante rápido, y poco a poco, coche a coche, recorrí unos 50 kilómetros con relativa facilidad.
El tercer coche era un padre que venía de recoger a sus dos hijos de aeropuerto. Los chavales venían de hacer surf de Portugal, y tuve una charla muy buena con ellos sobre surf.
Hace poco empecé a practicarlo, en mi paso por Bali y Sri Lanka, y con rapidez se ha convertido en uno de mis deportes favoritos. Sí, el surf es una verdadera pasada.
Después de una media hora me dejaron en una gasolinera, teóricamente un buen sitio porque había miles de coches, pero ahí empezó la larga espera.
Y éste es uno de los problemas del autostop… puedes tener aplicaciones y mapas descargados de los mejores sitios para hacer autostop, sí…. pero la gente te va a dejar donde ellos puedan… y quizás no sea el mejor sitio.
Estuve dos horas intentándolo, pararon algunos, pero no iban en mi dirección. Después de dos horas empezó a nevar y se me empezó a congelar la sonrisa, el dedo y las ideas.
Finalmente alguien se apiadó de mí y pudimos avanzar unos 80 kilómetros más. El subidón que entra cuando alguien te para es grandísimo, te sientes como si te hubiera salvado la vida. Y la verdad es que en cierta manera, me la salvó.
Cuando estábamos llegando a su destino, mi salvador me preguntó que si quería quedarme en una gasolinera en la autopista, o si quería quedarme en un pueblo. Quedaba poco tiempo de luz, así que no me quería arriesgar más. Pensé que si se hacía de noche, sí que no iba a parar nadie.
Me dejó en un pueblo llamado Öhringen, un pueblo precioso pero donde no había hostales baratos ni Airbnb….
Lo más barato fue una habitación en un hotel por 40 €…. y tuve suerte, la siguiente más barata eran 100 €.
Cenando, hice balance: había recorrido en total 150 kilómetros, después de literalmente todo el día haciendo autostop. Y había tenido que pagar 40 € para dormir. Si hubiera ido directamente a Praga, el avión me hubiera salido más o menos por 100 €, y hubiera podido dormir por 10 € en un hostel.
Al día siguiente empecé muy temprano, busqué lo que parecía un buen sitio a la salida del pueblo, pero después de 3 horas sonriendo, mi moral estaba por los suelos.
Se había parado gente, pero ninguno iba en mi misma dirección.
Caminé cabizbajo a la oficina de información turística, y allí me enteré de que para ir a Praga no había autobuses, y tenía que coger varios trenes que costaban alrededor de 90 €.
¡¡90 € para recorrer 450 kilómetros!!
Después de darle mil vueltas decidí intentar otra vez hacer autostop.
Antes de que digáis nada: no había ningún coche en blablacar que pudiera sacarme de allí.
Estaba a 150 kilómetros de Nuremberg, pero era como si estuviera perdido en alguna aldea remota de África.
Después de una hora un chico me llevó a la entrada de la autopista hacia Nuremberg.
Allí tuve que esperar otra hora, pero finalmente un chico que iba a Nuremberg me paró y me llevó hasta allí.
Cuando llegué a Nuremberg estaba anocheciendo, había pasado casi todo el día esperando y sólo había podido recorrer, de nuevo, 150 kilómetros.
Por cierto, Nuremberg es una ciudad increíble. No entraba en mis planes, pero me resultó alucinante. Una ciudad bellísima que creo que tiene poca fama.
Había un bus de madrugada que por 8 euros me dejaba por la mañana en Praga, así que no me lo pensé más…. me salía más caro coger un tren para salir de la ciudad e intentar hacer autostop de nuevo. Por no hablar de lo que me costaba dormir en Nuremberg….
Y así terminó mi experiencia con el autostop…. Un montón de adrenalina, pero también un montón de horas esperando sin nada que hacer… algunas cosas buenas y algunas cosas malas….
…a continuación te dejo mis conclusiones.
Conclusiones
Hay muchísimas webs donde dan consejos muy interesantes. El problema, desde mi punto de vista, es que casi todas hablan de las cosas buenas pero no de las malas.
Eso fue lo primero que me hizo decidirme a escribir un post sobre autostop. Joder, hoy en día parece que todas las experiencias que vivimos son increíbles, nadie lo pasa mal ni comete errores.
Todo son experiencias alucinantes y gente maravillosa por el camino. Conversaciones trascendentales y amigos que perduran para siempre. Todo tiene que ser impoluto, sin una arruga, sin ninguna cicatriz.
Y creo que deberíamos contar todo, porque después la gente va a experimentar por su cuenta y se va a encontrar otra realidad. ¿Y sabéis qué pasa? Que mucha gente se deprime, no se siente lo suficientemente buena, creen que es su culpa por no ser lo suficientemente guays…
Y sé perfectamente que este post me va a traer más de una crítica. Más de uno ya está pensando: «Si no eres capaz de viajar haciendo autostop es que no eres un verdadero viajero».
Sí, conozco bien esa reacción. Hay muchísimos viajeros que piensan que si no viajas de una determinada manera, no eres un viajero de verdad.
Todos hemos pecado de esa soberbia, a mí también se me asoman esos pensamientos cuando alguien me habla de sus vacaciones sin salir de un hotel, con todo incluido… ¿Pero sabéis qué?
A tomar por culo, cada uno viaja cómo y dónde quiere. Cada persona tiene sus gustos y preferencias, y nadie nos tiene que decir cómo hay que viajar para ser el mejor viajero o el más cool.
Es como la música…. los heavies desprecian a los raperos, los raperos al reaggeton, los que escuchan música clásica piensan que sólo lo que ellos escuchan es digno de llamarse música….
¡Qué pereza, joder! Es música, coño, sirve para sentirnos bien, para fliparlo, para emocionarnos… da igual cómo sea, lo importante es que nos haga sentirnos vivos. Y no tenemos que pedir perdón a nadie porque nos guste Enrique Iglesias.
Y tampoco tienes que pedir perdón porque te guste quedarte en hoteles caros, porque no te guste viajar a La India, o por lo contrario, porque te encante hacer autostop o porque te flipe hacer voluntariados.
Al final, lo importante es que hagas cosas increíbles que te llenen de vida, a ti y a los que te rodean.
Como siempre, que cada uno saque sus propias conclusiones. Yo te cuento lo que he vivido y las conclusiones que he sacado con esta nueva experiencia. Más abajo, en los comentarios, puedes dejarnos tus vivencias para que todos podamos nutrirnos. Eso sí… acuérdate de dejar también las cosas negativas, no sólo lo bueno:
- No es rápido ni fácil, y menos si eres un chico solo.
- Según las estadísticas, te será más fácil si eres mujer. En segundo lugar, si sois una pareja. Y lo más complicado, si eres un hombre solo.
- Cuenta con que puede que pase muuuuucho tiempo hasta que alguien te pare.
- Es muy lento, puedes estar todo el día para recorrer 150 kilómetros. Una distancia que puedes recorrer en 2 horas con un autobús.
- A veces te puede salir muy caro, seguramente vas a acabar muchas veces en pueblos o sitios donde no habrá hostales baratos o Airbnb, y tendrás que pagar un hotel.
- Una cosa buena es que si no hubiera sido por el autostop, quizás nunca hubiera conocido un pueblo tan precioso como Öhringen, ni una ciudad tan espectacular como Nuremberg.
- Puedes utilizarlo también como herramienta de autosuperación: te da paciencia, se acentúan tu gratitud, y eres consciente de la conexión que tenemos todos. Tu ego desaparece, y te das cuenta de que sin la ayuda de alguna persona, no puedes hacer nada.
- Te das cuenta de que hay mucha gente muy buena: hay gente que incluso se disculpan porque van en otra dirección, y el subidón que te da cuando alguien se para es grandísimo.
En definitiva, es una manera alternativa de viajar, es muy interesante, pero con la que tienes que tener claro algunas cosas negativas: va a ser muy lenta, vas a perder todo el día en la carretera, y seguramente vas a acabar gastando mucho dinero en alojamiento si no llevas una tienda de campaña.
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¡Ahora es tu turno! ¿Has hecho alguna vez autostop? ¿Tienes buenas o malas experiencias? ¡Cuéntanoslo en los comentarios!
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No te vayas con las manos vacías, ¡aquí tienes un regalo!
German el trotamundos, me encanto tú post y estoy de acuerdo contigo, casi siempre solo vendemos lo bueno en las en RRSS pero es que al final solo nos quedamos con lo bueno. La paradoja de tu experiencia es la vida misma, para encontrar momentos de felicidad muchas veces tienes que hacer un gran recorrido y saber esperar, la lección la aprendes y a seguir… viajando… no importa como
Sí, eso también influye, la memoria es selectiva y después de un tiempo sólo nos quedamos con lo bueno.
Para eso es muy importante la fotografía, para que no volvamos a cometer los mismos errores.
¡Un abrazo y a seguir viajando!
Estoy de acuerdo en todo menos en lo del reaggeton… tío si eso es música me corto la… Bueno, me ha gustado el artículo pero estos no venden porque, bueno, todo en las redes sociales es buen royo sin imperfecciones. Qué le vamos a hacer para eso ya está la cruda realidad del día a día.
;D Ahora no te vayas a creer que me gusta Enrique Iglesias, ¿eh?
Jajajajajajjaa……
Sí, Jose, ahora mismo es complicado opinar algo que se salga de lo políticamente correcto.
Es curioso, ¿no? Debería ser al revés, cada vez tener más libertad y tolerancia, pero parece lo contrario.
Estamos en un momento muy extraño: todo el mundo se ofende con cualquier cosa en el momento de nuestra historia en el que todo el mundo puede conocer cualquier otra cultura del planeta, viajando o mirando en internet. Tenemos acceso a toda la cultura, ¿no debería eso abrirnos la mente y hacernos más tolerantes?