Cómo regatear
Esto no va a ser un post sobre fútbol, no. No soy el más adecuado para enseñarte a regatear con un balón. El título de este post se refiere al diálogo entre comprador y vendedor para intentar que el precio de algo sea lo más bajo posible.
Y aquí te voy a enseñar a cómo regatear, basado en mi experiencia.
No en todos los sitios el regateo es algo culturalmente aceptado. En España, por ejemplo, hasta hace algunas generaciones sí que era algo casi normal, aunque se ha perdido con el tiempo. En occidente, en general, no vas a poder regatear, y el que intentes que un vendedor te deje un precio más barato es incluso considerado algo insultante, por lo que tienes que tener mucho cuidado.
Pero en Asia y África, en general, es algo muy extendido e incluso es casi obligatorio. Regatear puede ser todo un arte. Te aconsejo que si estás en Nepal, Tailandia, Marruecos, etc, no te cortes. Para ellos es algo normal, su día a día. Entre ellos regatean continuamente.
Eso sí, tienes que respetar las reglas del juego. Porque el regateo tienes que tomártelo como lo que es, un juego.
¿Cómo regatear? Reglas básicas
- La más importante: no empieces a regatear por algo que no vayas a comprar. Si finalmente ganas, NO PUEDES decir que no lo quieres. Es muy ofensivo.
- Sonríe siempre: Es un juego, no te cabrees. Si te topas con un vendedor que se cabrea regateando, vete a otro.
- Vas a conseguir un precio mucho más barato si sabes algunas frases y números en el idioma local: cuando saludas al vendedor en su idioma, o le dices que te haga una rebaja, automáticamente no te va a considerar un extranjero más, sino alguien que se ha tomado la molestia de aprender un poco de su idioma, por lo que te tratará de manera mucho más cercana y conseguirás un mejor precio.
- Poli bueno – poli malo: la táctica que mejores resultados me ha dado a mí. Mi novia siempre hace de poli mala y yo de poli bueno. Me pongo de lado del vendedor e intentamos los dos convencer a Gloria de que lo compre. Te aconsejo que veas películas americanas de policías y cojas ideas de ahí.
- No tengas miedo por bajar demasiado: el juego comienza con el precio que tú les ofrezcas. ¿Ves que siempre te preguntan cuánto pagarías tú? Ese va a ser el precio base, el precio que al final consigas será siempre mayor que el primero que digas, por lo que ten cuidado con la primera cifra que dices.
- Para hacerte una idea, casi siempre vas a poder conseguir algo por menos de la mitad del primer precio que te dicen ellos.
- Tu última carta debe ser la de irte de la tienda: tienes que jugarla en última estancia, ya que si te dejan marchar no puedes volver con el rabo entre las piernas.
- No muestres interés por lo que realmente te interesa, pues lo notarán y subirán mucho el precio. Múestrate indiferente, como si realmente no quisieras comprar.
- Siempre puedes bajar el precio si te llevas muchas cosas. Pero si te quieres llevar, por ejemplo, 5 imanes, no empieces diciendo que quieres 5 imanes. Pregunta por el precio de uno, y después de un rato de regateo, le preguntas: ¿Y si me llevo 2? Y poco a poco, ve subiendo el número hasta llegar a 5.
- Intenta no exprimir demasiado: lo bonito del regateo es que las dos partes queden contentas. A veces nos lo tomamos como una competición, a ver quien es el que consigue la cosa más barata. No se trata de eso, te lo vuelvo a repetir: es un juego. Disfrútalo y respeta al vendedor.
¿Has regateado alguna vez? ¿Se te ocurre algún otro consejo? ¡Déjanos tus comentarios y sugerencias!
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